Por las ramas

Por las ramas

Claudio Acosta

Nadie está obligado, ni en esta ni en ninguna otra circunstancia, a ver el vaso medio lleno porque es lo que más le conviene a la educación dominicana, pero tampoco a verlo medio vacío porque así lo manda la mezquina lógica de la politiquería, cuyo horizonte nunca está más allá de las narices de sus postulantes, que en estos tiempos de zafra electoral abundan en demasía, casi como una plaga.

Talvez por esa misma razón el gobierno celebró con tanta fanfarria que según el Informe Pisa 2022 República Dominicana es uno de los 11 países, de los 81 que fueron medidos, que mejoró al subir 16 puntos en relación con el 2018, alcanzando su máximo histórico global de 350 puntos. Desde luego, es mucho lo que falta por hacer todavía, pues según ese mismo informe y pese a las mejoras la proporción de alumnos con puntuaciones por debajo del mínimo de competencia (nivel 2) no registra cambios significativos en ninguna de las materias analizadas (matemáticas, lectura y ciencia) respecto al 2015.

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Así parece haberlo entendido el presidente Luis Abinader cuando declaró que esos resultados deben servir como un llamado a la acción, para todos juntos redoblar esfuerzos y continuar trabajando en la transformación de nuestro sistema educativo. Para la cual no se podrá contar con la ADP, que insiste en comportarse y pronunciarse como si los maestros, a los que no ha podido convencerse de que el tiempo de docencia que imparten es fundamental para alcanzar una educación de calidad, no fueran parte del problema.

Y eso lo acaba de confirmar su presidente y miembro del Comité Central del PLD, Eduardo Hidalgo, al rechazar que se estén celebrando unos resultados que todavía están por debajo de la media, lo que aprovechó para señalar que las pruebas Pisa se utilizan “como propaganda en contra del magisterio dominicano”. Otra forma de irse por las ramas, y con el mismo propósito: eludir comprometerse con una tarea inmensa que no resiste más aplazamientos.

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