Se deben endurecer las normas fitosanitarias; hacer una mayor inversión en equipos para el control fitosanitario y calificar aún más el personal de Sanidad Vegetal
Por: Mario Méndez
Poseedor de cuatro nombres para que cada quien use el de su preferencia, el Trips Palmi, Trips de la Flor del Frijol, Trips Asiático o Megalurothrips Usitatus, evolucionó en Asia para esparcirse por todo el mundo.
Inicialmente fue encontrado en cultivo de tabaco en las islas de Sumatra y Java, en Indonesia, en 1925. A finales de la década de los años 70 comenzó a ser una plaga seria en regiones tropicales y subtropicales como el sudeste de Asia, las islas del Pacífico. Fue registrado por primera vez en la Florida, Estados Unidos, en 1990, y posteriormente apareció en Venezuela, México, Colombia, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Guatemala y Cuba.
Su gran vocación de viajero le ha impedido dejar a la República Dominicana fuera de su recorrido y acaba de hacer acto de presencia en el Granero del Sur dominicano, en la provincia de San Juan, haciendo galas de una capacidad depredadora que no guarda proporción con su diminuto tamaño: ha dañado ya el 50 por ciento de la actual cosecha de habichuelas.
Su ataque no puede ser más oportuno: no espera que se formen los frutos y diezma las flores en el preciso momento en que están por convertirse en vainas, pero antes de que esto se produzca, y así se asegura, en consecuencia, de que no aparezcan los granos.
Con la agravante de que se trata de una plaga que no es de fácil control y cuya eliminación también es muy difícil por su rápida reproducción y por su resistencia a los insecticidas. Los hábitos que tiene de depositar los huevos en los tejidos de las plantas y de pasar sus estados de pre-pupa y pupa en el suelo, hacen más difícil el control con productos químicos, a no ser que sean aplicados muchas veces. Los conocedores de las plagas advierten que son muy pocos los productos químicos efectivos para su control.
Pero hay que acometer la tarea y debe ser alentador para los productores y el país (pues la eliminación de esa plaga es importante para la seguridad alimentaria) que el Ministerio de Agricultura haya anunciado que ha contratado los servicios del doctor Robert Guiberson, de la Universidad de California, para estudiar el caso y ejecutar un plan para su ejecución.
No obstante, sería conveniente que se comprenda que la detección de la mosca del Mediterráneo en el año 2015 y su reaparición en enero pasado tras varios años de su erradicación y el descubrimiento del Trips Asiático casi de manera simultánea, revelan que el riesgo de que plagas penetren al territorio nacional se ha incrementado de manera significativa.
Y hay razones: en adición a la frontera porosa que comparte la República Dominicana con Haití, el mayor tráfico aéreo y marítimo aumenta ese riesgo.
Solo en 2023 el país recibió 10,3 millones de personas por las vías aérea y marítima. Ante esa situación se impone fortalecer la política de prevención de plagas, endureciendo las normas fitosanitarias; haciendo una mayor inversión en equipos para el control fitosanitario, y aumentando el personal de Sanidad Vegetal con alta calificación técnica en puertos y aeropuertos.
Hacer esto sale menos costoso que dejar huecos abiertos por donde penetrar al territorio nacional plagas invasoras de costosa erradicación y que ponen en riesgo la seguridad alimentaria y los mercados externos conquistados por los productos dominicanos.
Cuando de plagas se trata, se debe actuar en el entendido de que luego de producirse su entrada ya es tarde para evitar todos los daños que vienen con ella.