Científicos en Estados Unidos aseguran haber descubierto por qué los terremotos no tumban las rocas que se mantienen en equilibrio precario cerca de la falla de San Andrés.
El estudio concluye que los sismos pueden detenerse o «saltar» debido a las interacciones entre las fallas de San Andrés y de la vecina falla de San Jacinto.
Los modelos mostraron que estas interacciones generan las vibraciones más fuertes alrededor de las rocas, dejando a éstas intactas.
La conexión entre ambas fallas tiene implicaciones importantes para la planificación en caso de terremoto.
Jim Brune, profesor emérito de la Universidad de Nevada, en Estados Unidos, y coautor del estudio, inició la investigación en la década de los 90.
«Él se dio cuenta de que (estas rocas) podían servir para verificar mapas de riesgos sísmicos y dar indicaciones a largo plazo de las vibraciones del suelo», explicó Lisa Grant Ludwig, autora principal del estudio de la Universidad de California.
«Son una suerte de sismógrafos naturales, pero tienes que leerlos de forma indirecta».