¿Por qué se aburren los estudiantes en el aula?

¿Por qué se aburren los estudiantes en el aula?

Dependiendo del campo del conocimiento desde el cual se aborde este interrogante tendrá una explicación en particular. Esto es así, porque ningún campo del conocimiento puede aprehender la realidad en su totalidad. Y dado el hecho de que no es posible exponer todos los puntos de vistas en un sólo artículo, nos tenemos que limitar a tratar de explicar el fenómeno desde un punto de vista en particular. Esto, sin caer en el reduccionismo.

El aburrimiento de los estudiantes en el aula se debe a diversos factores, algunos más complejos que otros. Sin embargo, en este artículo queremos centrarnos en qué sucede en nuestro cerebro en interacción con el medio externo que favorece el aburrimiento del estudiante en el aula.

En nuestro cerebro existe una región llamada hipocampo, esta se encarga, entre otras cosas, de la integración de la memoria y de la memoria de contexto. Pero además, investigaciones recientes evidencian que el hipocampo procesa la información sensorial repetida sin activar la alerta en otras zonas cerebrales. Esto significa que gracias al hipocampo podemos diferenciar entre una información nueva y una repetida.

Los estudios evidencian que si se extirpa el hipocampo, todo información sensorial, aun sea repetida activa la alerta cerebral, todo se torna novedoso. Porque se pierde la memoria preexistente sobre la información que se repite. Esto puede observarse en el caso de amnesia anterógrada (donde se pierde la capacidad de integrar nueva información a la memoria de largo plazo), la persona ve como completamente nueva una información a la que ha sido expuesta de forma repetida cada vez que se le presenta.

Todo esto significa que, por un lado, poseer un hipocampo permite que haya una adaptación sensorial y que no nos impresionemos por todo; mientras que por otro, cuando algo se vuelve habitual, pierde lo novedoso y deja de sorprendernos. Porque las neuronas implicadas dejan de activarse con la misma potencia que al inicio (cuando la información ingresó por primera vez).

Esto podría explicar por qué los contextos educativos monótonos se vuelven aburridos para los estudiantes, porque los estímulos son tan repetidos que ya no activan la alerta de su cerebro ni los centros de motivación como lo hace la información nueva.

Por ello, es necesario que las clases tenga novedad. Es decir, que los y las docentes se preocupen por integrar elementos nuevos en sus clases para que las mismas no sea monótonas, sino interesantes y motivadoras. Lo no esperado, los cambios y la creatividad del docente podrían ayudar a despertar el interés de los estudiantes.

Ahora bien, cabe resaltar que cuando las neuronas están muy excitadas, cualquier estímulo que produzca una excitación inferior pasará desapercibida. Es decir, que si la nueva información es menos interesante, resultará aburrida para la persona.

Por lo que, no es prudente utilizar tantas técnicas motivacionales  o entretenidas en clase que se vuelvan más divertidas y cautivadoras que los contenidos que se quieren transmitir. Porque en dicho caso, esto haría que lo demás parezca menos interesante y en vez de favorecer el proceso educativo, lo perjudicaría. A veces, demasiado maquillaje no permite ver la belleza.

Estos conocimientos que nos proveen las modernas Neurociencias deben servirnos para poder equilibrar nuestras estrategias pedagógicas, para que las mismas favorezcan el proceso de enseñanza-aprendizaje en vez de convertirse en un obstáculo para el mismo.