Por un mundo multicolor de amor y de paz

Por un mundo multicolor de amor y de paz

Sergio Sarita Valdez

Por un mundo multicolor de amor y de paz. Me confieso amante del arte fotográfico y de las bellezas panorámicas creadas por la naturaleza. No olvidemos que la pintura precede en unos 32,000 años a la fotografía. Tampoco pasemos por alto que en sus inicios las cámaras solo captaban imágenes en blanco y negro. Luces, sombras y grises matices limitaban las tonalidades al alcance de profesionales y de aprendices. Fue la compañía norteamericana Kodak con su cámara instamática la que hizo popular la fotografía a color. Hoy día los teléfonos inteligentes cuentan con dispositivos para fotos y vídeos que compiten con algunos equipos más sofisticados.

Con la llegada del cine nació un nuevo arte en el que la fantasía aparece como realidad y esta última puede ser modificada a discreción. Acá sí que podemos insertar algunos versos del drama “La vida es sueño” de Pedro Calderón de la Barca, los cuales dicen: “¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.

¿Qué sería de la humanidad sin soñadores, ni sueños? Pensemos por unos instantes en el reverendo afronorteamericano Martin Luther King Jr cuando expresó frente a una gran multitud: “Os digo hoy, amigos míos, que, a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente enraizado en el sueño americano. Tengo un sueño: que un día esta nación se pondrá en pie y alcanzará el verdadero significado de su credo: “Afirmamos que estas verdades son evidentes, que todos los hombres han sido creados iguales… Tengo un sueño: que mis cuatro hijos vivirán un día en una nación en la que no serán juzgados por el color de su piel sino por los rasgos de su personalidad”.

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Nosotros acá tan lejos de Ucrania y tan cerca de Haití viendo las imágenes en fotos y vídeos de ambos pueblos, a sabiendas que no se trata de macabros episodios de una serie de Netflix sino de una dura y triste realidad, tenemos el derecho a soñar con un nuevo mundo donde cesen los bombardeos y los cañonazos, los secuestros y los asesinatos, las explosiones y los atracos, el terror y la desesperación, el dolor y el hambre, el terror y la inseguridad, el odio y la sangre.

Empecemos por convencernos a nosotros mismos de que un mundo de paz y de amor es posible. Solamente así podremos alzar con fuerza y valor las banderas blancas de la concordia, el perdón y cese de las hostilidades. Deseamos la armonía entre los vivos más que el silencio entre los muertos. ¡Basta ya de tanta sangre inocente inútilmente derramada!

Démosles una oportunidad a las panorámicas multiétnicas de amor compartido entre niños y niñas, adultos y ancianos multicolores, confiados todos en la paz y el amor universal.

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