Estados Unidos vivió ayer, martes, una jornada de lo más convulsa tras la filtración de un borrador de sentencia del Tribunal Supremo que de salir adelante eliminaría la protección al aborto vigente desde 1973 y permitiría a los estados prohibir las interrupciones del embarazo.
El borrador, publicado por el portal Político a última hora del lunes, cuenta con el apoyo de por lo menos cinco magistrados del Supremo -es decir, de la mayoría de los 9 jueces que lo componen- y su autenticidad fue confirmada este martes por el propio tribunal. Las reacciones a esta noticia han ido desde la sociedad civil, con protestas convocadas en varias ciudades -incluida una en Washington frente al Supremo-, hasta los principales cargos políticos empezando por el presidente Joe Biden, quien adelantó que su Gobierno está preparando una “respuesta” para defender este derecho.
“Si esta decisión sale adelante, será algo muy radical”, criticó el mandatario en declaraciones a la prensa, y anunció que ya ordenó a los abogados de la Casa Blanca que preparen “opciones para una respuesta de la Administración al ataque continuo contra el aborto y los derechos reproductivos».
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La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, alertó de que el Supremo se dispone a infligir “la mayor restricción de derechos” de los últimos 50 años, no sólo a las mujeres, sino a todos. El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, se centró sin embargo en la filtración en sí, que calificó de “ataque a la independencia” de la Corte Suprema.