Túnez. La reapertura al público del museo del Bardo en Túnez, prevista este martes, menos de una semana después del atentado que dejó 21 muertos, ha sido postergada sine die por «razones de seguridad», aunque habrá por la tarde un homenaje a las víctimas.
El portavoz del primer ministro, Mofdi Mssedi, dijo a la AFP que había trabajos sin terminar, pero que el museo sería abierto «lo antes posible» y que el edificio estaba «bien resguardado».
La dirección del museo dijo que el ataque, que costó la vida a 21 personas, 20 turistas extranjeros y un policía, provocó daños menores en el edificio.
«Nos ha pillado por sorpresa. Por razones de seguridad no podemos recibir a un gran número de visitantes según el ministerio del Interior», explicó a la AFP la responsable de comunicación de la institución, Hanene Srarfi, tras enterarse del aplazamiento. El ministerio de Cultura explicó que la decisión se debió a «problemas logísticos» que impiden abrir las puertas a una afluencia de «miles de visitantes».
«No tenemos fecha» para la reapertura del museo al público, añadió la funcionaria. «Para el público es un poco pronto», explicó.
Inicialmente, las autoridades anunciaron que el museo iba a reabrir el martes al público, menos de una semana después del ataque efectuado por dos hombres armados de kalashnikov, que fueron luego abatidos. «Vinimos a visitar el museo. No tengo miedo. No fue más duro que lo que pasó en París», dijo Eliane Cotton, una turista francesa que acudió al centro.
En la tarde está previsto un concierto de la orquesta sinfónica tunecina y un homenaje a las víctimas.
El atentado dejó en evidencia los fallos de seguridad alrededor del museo y del Parlamento, que se encuentra en el mismo recinto.
Un tercer sospechoso sigue fugado. La tarde de este martes también está prevista la marcha inaugural del Foro Social Mundial, un gran encuentro altermundialista que se celebra en la capital tunecina hasta el domingo, y donde se espera que haya miles de participantes locales y extranjeros.
En la marcha, los manifestantes se dirigirán al museo del Bardo bajo la consigna «contra el terrorismo». Por su lado, la presidencia tunecina quiere organizar una marcha el domingo, para denunciar el ataque y recibir la visita de dirigentes extranjeros.
El ministro italiano de Relaciones Exteriores, Paolo Gentiloni, presente en Túnez este martes, tenía previsto acudir al museo, donde murieron cuatro compatriotas suyos.
El atentado del Bardo el pasado miércoles fue el más grave desde el ataque a una sinagoga en Djerba en 2002, reivindicado por Al Qaida.
Además es el primer operativo directamente dirigido contra extranjeros desde el fin de la dictadura de Zine El Abidine Ben Ali en 2011, en un país considerado modelo de estabilidad después de que en muchos países la Primavera Árabe derivara en caos y represión.
El ataque de la semana pasada fue reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI), que opera en la vecina Libia y ocupa importantes zonas de Siria e Irak, y tiene en sus filas a centenares de tunecinos.