Donald Trump hoy lunes 20 de enero jura la Constitución como 47º presidente de los Estados Unidos. Hace historia porque se convierte en el segundo presidente que recupera el cargo luego de perderlo, el primero fue Grover Cleveland en 1892.
Trump prometió regresar con el proteccionismo comercial. Establecerá un arancel básico universal del 10% al 20% sobre todas las importaciones, 60% para China y 100% para vehículos importados de México.
Como alta es la probabilidad de que lo haga, junto a tensiones de oferta por las nuevas sanciones de
Estados Unidos y Reino Unido a importantes empresas petroleras rusas y a 183 buques petroleros, sanciones a Irán, Venezuela, Rusia, conflictos en Oriente Próximo y tensiones económicas con China, explican la inestabilidad de precio del petróleo, con tendencia ascendente en las últimas semanas. El barril West Texas Intermediate, el que usamos como referencia para fijar precios internos, el pasado viernes se cotizó en US$80.73, superando en 24% el precio medio de US$65 que pagamos en 2024.
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Aumento y tendencia que de persistir lastraría el crecimiento y elevaría los precios a nivel global, lo que no fue considerado por el Banco Mundial y FMI en sus recientes pronósticos orientados a la baja, para el primero, la economía global crece 2.7% en 2025 y 2026, Latinoamérica y el Caribe 2.5% y 2.6%, respectivamente, y menos optimistas son las cifras del FMI, 3.3% para el mundo y 2.7% Latinoamérica y el Caribe, en 2025 y 2026, respectivamente.
Venimos de un excelente año 2024, nuestro PIB real creció 5.1%, más de dos veces la tasa (2.2%) de Latinoamérica y el Caribe. El PIB total ascendió a US$130,000 millones, la población dominicana aumentó 0.8% hasta 10.797 millones de habitantes y el PIB por habitante US$12,040.
Somos dependientes y vulnerables a los aumentos de precio del petróleo, importamos lo que consumimos, aunque estadísticas históricas reportan descenso de la dependencia, de 2.24 barriles que consumimos por cada millón de dólares de PIB en 1994 a 0.58 barriles en 2024, acumulado aumentamos la eficiencia energética petrolífera en 74%, anual 2.5%, no obstante, la alta participación del sector construcción y otras actividades de uso intenso de petróleo y derivados en la composición del PIB.
Termino la nota con un ejercicio teórico. No es lo mismo el precio medio por barril de US$65 que pagamos en 2024 y US$80.73 que cotizaba el pasado viernes. Consumimos alrededor de 200,000 barriles diarios, y si este año el precio del barril promedia US$80, representaría una factura de US$16 millones diarios y US$5,840 mil millones al año, 4.0% del PIB, el pasado año fue de US$5 mil millones, 3.9% del PIB.
Es decir, la factura petrolera aumentaría US$840 millones, 0.61% del PIB, aumentando el déficit de la cuenta corriente. La buena noticia es que sería cubierto totalmente por inversión extranjera directa que se mantiene en ascenso, el pasado año el flujo superó los US$4,500 millones.
Si utilizamos el cálculo del FMI, por cada 10 dólares de aumento del barril de crudo reduce 0.6 puntos porcentuales al crecimiento mundial el siguiente año. En nuestro país la actividad económica ralentizaría 0.9 puntos (0.6 x 15 dólares (diferencia entre 80 y 65 dólares el barril))/10 dólares), y el PIB real crecería por debajo de 5% en 2026.
Repito, es solo un ejercicio teórico, la buena noticia es que minimizando la pérdida de producto podemos manejar el encarecimiento del petróleo y tendencia ascendente, en otros artículos explico cómo.