Los precios del pollo, que inquietan a las autoridades del país al más alto nivel, comienzan a estabilizarse en las granjas. Ahora falta que esto replique en los supermercados y en los negocios de los detallistas que venden el pollo matado y picado en los barrios populares de todo el país.
En las granjas el pollo vivo se está vendiendo entre 40 y 43 pesos la libra, mientras que en los supermercados empacados está por encima de los 75 pesos, dependiendo de si es entero o por piezas, y en las esquinas de los barrios, el pollo matado-caliente, está a un precio similar a ese.
El gobierno, a través del Ministerio de Agricultura, hizo muy bien con autorizar a los granjeros aumentar la producción a 19 millones de unidades de pollos mensual. Para esta época, el calor afecta esa crianza (se mueren entre 5% y 10% en las granjas no climatizadas).
A esa situación se unió la pandemia del covid-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania, grandes exportadores de maíz y soya para la producción avícola mundial. También hay que agregarle el componente de la especulación, por la baja en la producción: a menor oferta, precio más alto.
Subsidios del gobierno
El gobierno, de manera muy atinada ha dispuesto subsidios para la producción de alimentos claves para el país, como el arroz y el pollo. Algunos de esos subsidios han sido focalizados a los arroceros, molineros y avicultores, como una forma de compensación para evitar quiebras o abandono de seguir en esas actividades.