Yo celebro el hecho de que Acroarte premie nuestro cine. No el que ansiamos y soñamos la mayoría, sino el cine dominicano que se hace.
El que los cineastas logran hacer contra viento y marea, con sus propios recursos mentales, de relaciones y hasta con préstamos personales o salarios diferidos.
No es la primera vez que Acroarte toma en cuenta este renglón, puesto que Agliberto Meléndez obtuvo en el 1988 el soberano por Pasaje de Ida y Angel Muñiz guarda el suyo por Nueba Yol uno como una de las grandes conquistas de ese trabajo al que se han sumado algunos otros dominicanos emprendedores.
Porque de un país como este y desde la cabeza de directores dominicanos se estrenaron y presentaron 7 películas el año pasado: eso merece un titular en letras grandes y con negritas.
Puesto que no es un secreto para nadie que el cine es una de las ramas del arte en el que por la cantidad de recursos que requiere no nos hemos podido destacar como otros países del Caribe y Latinoamérica, pero no faltan ganas y garras para que lo logremos.
Esta vez las producciones cinematográficas dominicanas se lee bonito competirán en una nueva categoría.
En una nota que nos envía el propio presidente de Acroarte Feliz Vinicio Lora figuran los títulos de las películas que competirán en este nuevo renglón de los Premios Casandra: Éxito por intercambio, Perico Ripiao, La violencia del poder, Pasaporte rojo, Los inmortales, Testigo ilegal, entre otras.
Los que saben de eso, los críticos de cine en el país tendrán a su cargo la nominación en las distintas bondades que ofrezcan las películas y votarán de manera individual según su criterio personal a la hora de las elecciones de los ganadores.
Mientras llega el 22 de marzo, que es la fecha de la gran ceremonia, nosotros rogamos y esperamos que esta decisión que es muy justa no traiga disgusto entre los distintos cineastas y que todos respeten la decisión soberana de los involucrados en este trascendente hecho.