Aunque la sociedad no debería alarmarse por lo que representan individualmente algunas enfermedades que se manifiestan en el país en este momento, se trata de incidencias simultáneas que obligan a activar comportamientos preventivos contra las transmisiones de virus y a reforzar la capacidad de reaccionar sin demoras hacia la asistencia médica.
El registro súbitamente ascendente de personas infectadas de covid-19 con una positividad diaria ahora mayor (14.26%) compromete a enfocarse en las oscilaciones de altas y bajas que caracterizan el padecimiento a nivel mundial, que por el momento permanece circunscrito a pocos lugares del territorio nacional.
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Los reportes de dengue en temporada podrían no ser epidemiológicamente importante desde el criterio de especialistas; pero basta que hayan ocurrido 8,340 casos y 42 muertes para poner en sobre aviso a la colectividad para la eliminación de focos propiciadores.
El regreso a la docencia multiplica las cercanías que han expandido en la población infantil más de un virus generador de infecciones respiratorias incluyendo el de la influenza de cíclicos ataques y de mayor amenaza para los no vacunados. Acogerse a la inmunización facilitada por el Estado es una prevención a la que debe recurrirse puntualmente.
El cólera que azota al cercano Haití de las migraciones ha tenido dos recientes manifestaciones de este lado, lo que obliga a redoblar eficaces medidas contra su difusión local.