Presentación de Manuel Rueda, único

Presentación de Manuel Rueda, único

POR: IDA HERNÁNDEZ CAAMAÑO

1.-QUIEN ES JOSE ALCANTARA ALMANZAR?

Es aquel con quien sin saberlo, recorría lugares comunes como la UASD, el Palacio de Bellas artes, las exposiciones de pintura de Condecito y Asdrúbal, algunos cines de la ciudad como el Santomé, el Rialto, el Elite, la librería América, el Instituto del libro; y luego juntos ya, el malecón, Los Imperiales… es el que me conquistó con la palabra y las ideas, con su vasta cultura y su forma de ser apacible y firme.

Es el hombre que a mi lado ha dedicado su vida entera a la literatura, a su verdadero oficio, a su quehacer esencial, a su más alta y absoluta vocación y pasión, junto a otras actividades como la de profesor, sociólogo, funcionario de la cultura, asesor cultural, todas estrechamente ligadas a su mundo, y las cuales han sido sus” flores para comer” como llamó Ada Balcácer a una producción pictórica que hizo para el mercado.

Es el señor escritor que nos acompaña esta tarde de otoño para entregarnos el fruto de un trabajo riguroso y minucioso, apasionado, sistemático y extraordinario, realizado durante más de 40 años, producto de una madurez muy temprana en el campo de la crítica literaria y del ensayo. Se trata de una labor exhaustiva realizada a través del tiempo y expuesta en diferentes ámbitos, de la obra poética y narrativa especialmente, y la musical e intelectual, de nuestro inmenso artista Manuel Rueda: labor significativa por la precisión y los detalles del pensamiento de José sobre él.

José Alcántara Almánzar es hoy día un sólido y relevante intelectual dominicano, cultor por excelencia de la palabra, del lenguaje, del pensamiento crítico agudo y certero, con una respetable obra narrativa y literaria que exhibir, al lado del reforzamiento permanente de su hábito eterno y cotidiano: la lectura.

2.-JOSE ALCANTARA ALMANZAR Y MANUEL RUEDA
José Alcántara Almánzar ha estudiado minuciosamente a muchos escritores dominicanos, pero el caso de estudio de la obra de Rueda, vista desde todos los ángulos posibles, de su persona, su carácter, personalidad y todo cuanto rodeó la vida de este importante artista dominicano, es el cenit de la consagración a y la pasión por un escritor cuya cercanía devino en entrañable amistad. De Manuel Rueda José Alcántara lo ha dicho todo; conoce ínfimos detalles de su biografía completa, vivida conjuntamente con él, durante sus últimos 20 años.

La amplitud y meticulosidad con que maneja la obra de Manuel Rueda, es única en su labor de crítico, a lo que hay que agregar la estrecha y cotidiana relación más allá del aprecio y respeto por sus obras, que conocía como nadie y en todas sus dimensiones. Porque conjugando con su fino escalpelo la palabra y el objeto de su análisis, ha hurgado en esa obra de tal modo que conoce de memoria poemas, con precisión fechas de las ediciones de sus libros, el significado de cada libro, de cada emoción o sentimiento, acontecimiento o circunstancias que los produjeron.

Creo que se trata de un privilegio de identificación artística muy especial. Impresiona la calidad literaria de prácticamente todos los trabajos contenidos en este libro, donde se refleja un dominio amplio de las diferentes facetas de un artista de manifestaciones tan diversas.

Recuerdo brevemente con ustedes cómo nace la relación de estos dos grandes hombres de letras. Cuándo nace el artista en la mente de José, cuándo en su corazón. Como ya ustedes saben José fue un gran lector desde muy temprano en su vida, pero también un gran amante de la música. Escuchaba a Rueda tocar por la TV, iba a sus conciertos en Bellas artes y luego empezó a leer su obra.

El contacto directo se inicia cuando José escribe su libro Estudio de poesía dominicana en 1978 y se atrevió a acercársele para leerle lo que había escrito sobre él. Esa fue la chispa que inició lo que muy pronto fue una especial y gran amistad que me involucró, al hacernos partícipe, entre otras actividades, de su famoso mariachi que se reunía los domingos por las tardes. Se produce una conjunción biuniboca atravesada por el afecto, que le permite a José adentrarse profundamente en el alma, espíritu y conciencia de este ser humano: el conocimiento al dedillo de su obra, favorece el conocimiento del autor y viceversa, la cercanía cotidiana con el autor facilita una mayor comprensión de su obra.

La fruición con que José aborda cada uno de los temas que componen este libro, está permeada por la emoción manifiesta en un magistral dominio de la palabra; por la aguda visión de un extraordinario lector sin tregua, por el exhaustivo conocimiento de la materia en sus manos, pero sobre todo por la infinita valoración y respeto por la obra de quien se ocupa. Todo lo demás es historia y aquí está este libro que la recoge; un libro de cuya trayectoria puedo considerarme testigo privilegiada de primer orden, porque estuve presente en todos los escenarios donde fueron presentados los trabajos que lo constituyen y los leí en su momento en los medios donde fueron publicados.

3.- MANUEL RUEDA, UNICO- EL LIBRO
Los libros nacen de diferentes maneras y éste nació de la colección de diferentes trabajos presentados y/o publicados por José Men distintas actividades referidas a Manuel Rueda, su obra musical y literaria, su vida misma.

Al pasar de los años y con todos esos textos archivados, José tomó la decisión de recogerlos en una sola publicación en forma de libro, y un día hablando del tema con Carlos Roberto Gómez editor de la prestigiosa editora Isla negra, de Puerto Rico, el libro encontró su casa, cuando éste le dijo:” ese libro es de Isla negra”. José empezó a trabajar con la disciplina y el ahínco que lo caracteriza, para revisar, organizar y conectar nuevamente sus energías con el entrañable artista… y así nació MANUEL RUEDA, UNICO.

El libro está estructurado en cuatro partes, con un total de 18 textos agrupados por una temática semejante, un prólogo y un epílogo. A través de todo su contenido, José nos adentra en ese inmenso mundo interior del grandioso Manuel Rueda, un ser extraordinario en la forma de percibir, comprender y explicarse el mundo, de ese hombre de compleja personalidad en apariencia, que José retrata de manera casi perfecta y que como una pequeña muestra de su fotografía, sugiero al lector detenerse en el detalle de la descripción que José hace de las manos del pianista, por ejemplo.

No es mi función aquí hacer un estudio de cada parte del libro, pero sí dar avances de algunos de ellos que me parecen de exquisita factura.

La primera parte, POESIA Y NARRATIVA, la forman nueve (9) estupendos trabajos sobre la obra poética, narrativa y la actividad musical de Manuel Rueda, donde José con su bisturí de lujo ahonda en cada poema, en cada libro, haciendo un análisis profundo, minucioso y exhaustivo tan valioso que alcanza la estatura de la obra misma. Impresiona la forma precisa como incursiona y nos involucra en los poemas, en los versos, en el alma de este hombre…

Es la parte más extensa del libro, porque de su poesía, la que hizo sobre su vida antes de nacer y morir y durante su existencia en la tierra; esa expresión del alma, del pensamiento inalcanzable, de sentimientos recónditos, José extrae la parte más íntima de Manuel Rueda a través de una perfección linguistica, donde se evidencian también los vestigios del sociólogo y los conocimientos de música, en el músico que él no fue. También hace su asomo el profesor de amplia cultura literaria cuando ilustra algunos de esos trabajos con temas sobre el soneto, los géneros literarios, la música…
Con impresionante cultura musical José aborda ampliamente esta dimensión de Manuel Rueda en uno de los subtítulos (el número 7) de esta parte, Manuel Rueda: Música y Poesía, a mi modo de ver, uno de los más bellos del libro, donde también incluye su vida en chile, su regreso, su fecunda producción literaria de los años setenta en adelante, su vida cotidiana y el final de la vida del poeta; todo eso lo hace tomando prestado un lenguaje musical con el que subdivide los distintos aspectos en: Los *Preludios, su vida en Chile, *Reflejos en el agua.

Los años dorados:1952-1982 donde nos regala diferentes aspectos del músico, el investigador, el educador, y siempre el escritor; Intermezzo.

El artista en su hogar, delicioso retrato de Rueda en su casa; Genio y figura, definiendo su personalidad, su cotidiana intimidad, su carácter y *Los adioses: Sonata de otoño (1983-1999), conmovedor recuento del otoño y decadencia de la vida del escritor, incluyendo algunas satisfacciones que lo alentaron, como fueron los premios recibidos, muy especialmente el Premio Nacional de Literatura otorgado por la Fundación Corripio en 1994; el premio Tirso de Molina otorgado por el Instituto de Cooperación Iberoamericana en 1995; el Gran Premio de la Feria del Libro Don Eduardo León Jimenes recibido en abril del 1999; así como la creación del suplemento cultural Isla abierta a través de sus funciones como Director de la Fundación Corripio.

En ese acápite hermoso y auténtico ofrece detalles de la vida cotidiana de Rueda, que le permite relevar su obra musical y otros aspectos, con la devoción que siente hacia el maestro, sin obviar luces y sombras de un ser total transido por tormentos y pasiones.

En el último acápite (9) de esta primera parte, Manuel Rueda y el arte del soneto, José muestra el excelente dominio del tema, estableciendo incluso una relación de esta forma poética con la música y adentrándose en la historia más íntima del escritor.

La segunda parte, SEMBLANZAS Y RECUERDOS presentados a públicos y en escenarios distintos, podrían considerarse como VARIACIONES SOBRE UN MISMO TEMA, donde José apoyándose en el virtuoso manejo del recurso literario que tiene, logra en cada una de estas cuatro (4) semblanzas y recuerdos, inscribir nuevas imágenes, nuevos elementos de la vida y obra del “maestro, amigo, mentor, padre o hermano”, como él mismo lo define. Y uno se pregunta, ¡Cómo se puede escribir sobre un autor en diferentes ocasiones y sacar un filo distinto cada vez? Con una línea de pensamiento clara y precisa en el tratamiento del tema, esta segunda parte está conformada por cuatro acápites.

Con introducciones generales diferentes (Manuel Rueda nació en Monte Cristi…Manuel Rueda vivió para la música y la palabra…La imagen más remota que conservo de Manuel Rueda….y La trayectoria vital de Manuel Rueda…) José inicia cada uno de estos trabajos y se entiende que de algún modo toca ciertos elementos comunes, aunque mágicamente dichos de manera distinta.

Esta segunda parte la considero extremadamente importante como forma de poner en manos de estudiantes no especialistas, el conocimiento sobre un autor tan importante como Manuel Rueda. Con un estilo que te hace partícipe de inmediato de la vida del escritor y su relación con quien escribe sobre él, esos textos son de un carácter realmente educativo de alta calidad, de fácil asimilación y disfrute. Recogen de manera condensada mucho de lo dicho en la primera parte, y pulsaciones nuevas que permiten llegar muy dentro de lo que fue Manuel Rueda, aunque José concluye una de las semblanzas diciendo: “Ahora sólo me queda el consuelo de su obra, que leo y releo sin cesar, intentando descifrar el enigma de su vida, aunque sé muy bien que mi esfuerzo es inútil, porque como muy bien lo dijo él en un verso memorable de un soneto de las noches “ el secreto es el signo del que nace”.

La Tercera y Cuarta partes, TEATRO una y ENSAYOS la otra, son las más cortas del libro, las más incompletas podríamos decir, pues es obvio que faltan trabajos de José sobre ellas, y sobre las cuales entiende que tiene una deuda con Manolo, un reto pendiente por concluir.

Al final, en el epílogo hace un último comprimido resumen de esa vida, a la vez que rinde una especie de homenaje a Aura Marina del Rosario, su eterna y siempre presente amiga y a quien está dedicado este libro; también manifiesta aquí, la intención y propósito de esta publicación.

Tanto el prólogo como el epilogo constituyen dos hermosos textos en la misma línea de todo el libro, con extensiones del sentimiento de JA por su maestro inspirador.

4.- SIGNIFCADO E IMPORTANCIA DE ESTE LIBRO

“Antes que anochezca”, y como regalo en el centenario de su nacimiento, era necesario, colectar el esfuerzo del trabajo realizado durante tanto tiempo, para hacerlo más provechoso y útil a los demás, a esos otros que quieran abrevar en las sabias y sensibles fuentes de un poema verdadero, en el espejo de un artista de amplia y gran dimensión. Este libro sobre Manuel Rueda pone la mirada profunda y afectuosa de una persona que lo estudió y lo quiso hasta el final del final…

Celebro la puesta en libro de estos magníficos trabajos y reitero el carácter pedagógico de su contenido lo cual constituye un verdadero aporte tanto para especialistas, como para críticos, escritores y lectores, llenando un espacio vital en el conocimiento y propagación de una obra todavía bajo el velo del silencio.

Son artículos literarios de lujo, productos del análisis crítico de incuestionable valoración, hecho con una expectante hondura que atraviesa el afecto personal hacia el autor y la voluntad consciente de proyectar toda la sensibilidad y calidad de este artista esencial de nuestro país.

José Alcántara Almánzar en su sobresaliente rol de ensayista, ha escrito un libro único, formado por ensayos de extensión breve, mediana o amplia sobre uno de los más excelsos escritores dominicanos: Manuel Rueda.
Muchas gracias.
30 de noviembre del 2021

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