El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ha obtenido, desde el año 2004, de manera innegable, triunfos electorales consecutivos. El pueblo dominicano, en seis ocasiones, le ha concedido al partido que gobierna y tiene mayoría en el Congreso, el privilegio y la responsabilidad de materializar en la República Dominicana su visión, su plan de desarrollo, lo que, a excepción del lúgubre periodo presidencial de los años 2000- 2004, el país ha transitado por verdaderos destinos de progreso, bienestar y estabilidad.

Ahora bien, por la evidente polarización en la organización política que en el año 1973 fundó el Prof. Juan Bosch, la perdida de la mística, y los intereses de grupos, se atenta contra el instrumento político más importante del sistema democrático de la República Dominicana.

El reto es grande, la labor que aguarda en lo adelante deberá ser histórica, memorable, puesto que, el apoyo masivo y la confianza que el pueblo ha depositado en esta organización es una muestra de que nuestro país se ha inclinado hacia la única fuerza política que ha concitado mayoría popular, por sus éxitos electorales: el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Sin embargo, lo más importante de todo esto es que la labor principal del Partido de la Liberación Dominicana es contribuir al fortalecimiento de la democracia, puesto que, si observamos, se debe llegar a la conclusión de que no solo los éxitos electorales son los que deben guiar a un proyecto u organización política.

Ahora es el momento de fortalecer la democracia interna, superar los atavismos que impiden visualizar una organización política fresca, moderna, con liderazgos que superen sus diferencias de posturas, y por supuesto, mas consenso