Por muchas décadas los Gobiernos dominicanos han sido regímenes presidencialistas, y, peor aún, cuando en las cámaras legislativas tienen una mayoría a su favor. Por eso fue la gran abstención en las recién pasadas elecciones, aparte de que la incidencia de los representantes municipales en la llamada gestión pública es lo que más se parece a una cosa conocida como “nada o nula” y por eso considero como un desatino del expresidente Leonel Fernández calificar indirectamente como un fracaso del Gobierno y el presidente Abinader la votación de tan solo un 22% de la población a favor del partido en el poder, planteando que el 78% restante descalificó a la gestión actual con su abstención.
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Como soñar no cuesta nada, me imaginé creando un partido de abstencionistas dominicanos (PADOM) pero el ex presidente Fernández me tumbó la idea con su discurso de la pasada semana, tal vez porque su subconsciente le hizo calcular que del 78 % que no votó podría conseguir el 50% más uno, necesario para volver a gobernar nuestro país.