El presidente Luis Abinader tomó la decisión correcta al anunciar que no sometería ninguna reforma tributaria, especialmente en momentos de alzas globales, a sabiendas de que en el momento presente no están dadas las condiciones sociales y políticas para ese proyecto, sin embargo el problema sigue en pie: baja presión tributaria, déficit fiscal y mayor endeudamiento.

Fue una jugada brillante lanzar un proyecto de Reforma Fiscal de gran calado que imponía fuertes tributos a todas las clases sociales, pero con mayor énfasis a la clase media (“Globo de ensayo con la Reforma Fiscal”. Artículo publicado el 14/10/2021) de esa forma todos los sectores económicos se pronunciaron en contra, incluso hubo declaraciones pertinentes como la del doctor Leonel Fernández que señaló: “Estamos en medio de una crisis y hablar de Reforma Fiscal en medio de una crisis es políticamente arriesgado, eso tiene un costo político”.

Uno de los temores del área fiscal del Gobierno era la opinión de las firmas calificadoras como S&P Global y Moody´s que en noviembre de 2020 informaron que rebajarían la calificación del país si el gobierno no sometía una reforma fiscal. Afortunadamente el Ministro de Hacienda viajó al exterior y logró convencer a estas firmas para que no rebajaran la calificación del país en estos momentos.

Baste chequear el proyecto de presupuesto para el próximo año para darnos cuenta de la necesidad de un reforma fiscal. Por ejemplo el déficit, si se cumple la meta que parece difícil de persistir la inflación global, alcanzaría los RD$174,794.8 millones, equivalente al 3.0% del PIB, al 22% de los Ingresos Corrientes, y 22.5% de los Ingresos Tributarios.

El pago de intereses de la deuda, comprometen el monto de RD$193,105.8 millones, equivalente al 3.3% del PIB, 23.4% de los Ingresos Corrientes y 25% de los Ingresos Tributarios. Olvídese de la engañosa relación Deuda/PIB, que este año se va a reducir por el crecimiento del PIB, lo realmente preocupante es que de cada cien pesos que ingrese al fisco, 23.4 pesos son para el pago de los intereses de la deuda. Cuando se sacan los seis ministerios con mayor presupuesto, resulta que el resto de las instituciones del estado sumados recibirán menos del monto a pagar por intereses.

El momento no es el más apropiado cuando tenemos un aumento de los “commodities”, interrupción de las cadenas de producción, elevación de los costos de transporte; lamentablemente el Gobierno de Danilo Medina tuvo el mejor de los escenarios internos y externos para impulsar una reforma, pero optaron por duplicar la deuda, en término nominales y del PIB, para poder imponernos otra reelección.

El momento no es el propicio, probablemente nunca lo será, pero si pasa este cuatrienio y no se aprueba una reforma fiscal que garantice la reducción gradual del déficit y la deuda estaremos bordeando los niveles de la insostenibilidad fiscal.

Al desistir del Pacto Fiscal, el Presidente tomó la decisión correcta

Lanzar un proyecto de Reforma Fiscal de gran calado fue una jugada brillante

El momento no es propicio, cuando tenemos aumento de “commodities”