La voracidad humana por las materias primas provocará una inflación global permanente a causa de la escasez, a menos que se logre cambiar el modelo económico.
Así lo advierte Alicia Valero, profesora titular en el Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Zaragoza y jefa del grupo de ecología industrial del Instituto CIRCE, para quien “Desde los años 70 hemos entrado en un gasto de déficit ecológico. En una generación consumiremos el doble que hoy y en 25 años habremos consumido tanto como en toda la historia del ser humano».
El problema está en que no podemos seguir basando la economía en el concepto del usar y tirar, agrega en declaraciones para diario BBC.
Si la población aumenta más o menos el 1% anual, pero las aspiraciones de cada individuo son las de consumir el triple, más o menos, estamos agotando los recursos a una tasa muy alta.
La forma en que extraemos los recursos desde principios del siglo XX nos lleva a pensar que hay bastantes materias primas, que dentro de no muchos años tendrán un gran problema de suministro.
Hasta que no frenemos drásticamente esa curva de crecimiento continuo, vamos a seguir teniendo problemas de desabastecimiento de absolutamente todo.
Para revertir esta situación, hay que repensar el modelo. Para empezar, los productos tienen que utilizarse durante mucho más tiempo y tienen que estar pensados para ser recuperados al final de su vida útil. Mientras estábamos confinados, nos dio por comprar aparatos electrónicos para estar conectados.