El jefe del grupo paramilitar Wagner, Yevgueni Prigozhin, anunció el sábado que sus hombres, que se dirigían hacia Moscú desde el suroeste de Rusia, «vuelven» a sus campamentos para evitar un baño de sangre.
«Ahora es el momento en que la sangre puede correr. Por eso (…) nuestras columnas dan media vuelta y vuelven en la dirección opuesta para regresar a los campamentos», declaró Prigozhin en un audio publicado en Telegram.
Desde el anuncio de la rebelión el viernes, los hombres de Wagner estaban presentes en tres regiones rusas: Rostov, Voronej y Lipetsk.
El presidente ruso, Vladimir Putin, condenó la «traición» de Prigozhin y alertó del riesgo de una «guerra civil» en pleno conflicto con Ucrania.
Ante del anuncio de Prigozhin, el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, aliado de Putin, aseguró que había negociado con el líder de los paramilitares para «detener los movimientos» de sus hombres y evitar una nueva escalada y que éste aceptó la propuesta.