A la hora de emprender un proyecto o enfrentarse a algún desafío, es importante seleccionar el equipo adecuado antes de definir la estrategia a seguir.
Esto muy bien podría interpretarse como una loca teoría, pero cuando elegimos los miembros de nuestro equipo “ideal” basados únicamente en el objetivo y un elaborado plan de trabajo. Podemos encontrarnos con deserciones e inconformidades en el camino.
En la mayoría de los casos lo planificado no será la realidad de los hechos reales. Esto hará que los planes tengan que cambiar o adecuarse en el camino, creando inconformidad en aquellos que se resistan al cambio.
En cambio, cuando elegimos un equipo basado en las capacidades cada miembro, entendiendo claramente que para alcanzar el objetivo tendremos que cambiar y reinventarnos en repetidas ocasiones. Seremos parte de un equipo capaz de adaptarse a todo lo necesario para lograr el objetivo.
Para el autor Jim Collins en su libro “Good to Great” indica que es necesario tener en el autobús a las personas adecuadas y luego entender cómo y hacia donde conducirlo.
Mantener un equipo cohesionado para asumir los cambios necesarios en el mundo competitivo de hoy en día, es una tarea verdaderamente retadora. Lograr un liderazgo donde la motivación prevalezca ante las adversidades un reto para los lideres de hoy en día.
Para esto es necesario un liderazgo con una visión clara que pueda ser trasmitida y asumida por cada miembro del equipo. Todo lo contrario, a un líder “genio” que tiene muchos ayudantes de dependen en su totalidad de las habilidades del líder.
“El crecimiento de una empresa depende de su capacidad de atraer los mejores talentos”.