-1 de 3-
Ahora que se acerca la campaña electoral, conviene a los que diseñan y ejecutan los planes para triunfar en ese proceso revisar los conceptos sobre los cuales se deben basar los mismos, si se quiere tener éxito en la búsqueda o conservación del poder.
A ese respecto, Carlos Matus (1987), señala que “el cálculo determinalista: debe prever y considerar varias trayectorias alternativas, las cuales deben entenderse tanto para los medios como a los objetivos a alcanzar”.
Para Liddell Hart (1974), hay algunos principios de estrategia que son positivos y otros negativos, es decir, que unos son considerados en función del logro de los objetivos y otros de evitar fracasar, aunque no se llegue a alcanzarlos.
Los principios estratégicos positivos son básicamente los siguientes:
1. Apreciación eficaz de la situación, que implica tratar de comprender tanto los objetivos y posibilidades propias como los de los demás actores o fuerzas que actúan en cada caso.
2. Diseñar trayectorias estratégicas polivalentes, flexibles y que tengan múltiples objetivos, con múltiples medios para lograrlos, y prevean los movimientos que sigan tanto al éxito como al fracaso parcial o total de los objetivos iniciales perseguidos, lo que implica:
a) Multifinalidad o búsqueda simultánea de varios objetivos a la vez.
b) Redundancia de medios para un objetivo
c) Flexibilidad, o capacidad de cambios en la secuencia de los movimientos previos, sin alterar significativamente la relación situación objetivo.
d) Reversibilidad de las acciones.
3. Ajustes del objetivo a los medios, de manera que esté al alcance de nuestros recursos y que estos no se desperdicien.
4. Mantener siempre en mente los objetivos, que apunta a procurar diferentes trayectorias y uso de medios, que aseguren el logro de cada objetivo.
5. Escoger la trayectoria de menor expectativa para los adversarios.
6. Explorar el punto de menor resistencia de los oponentes, tanto por su debilidad como por su menor eficiencia situacional de acción
7. Hacer una valoración multitemporal y multidimensional de las consecuencias de las operaciones, es decir, de sus efectos sobre la situación antes, durante y después de ejecutadas, así como sobre los ámbitos político, militar, económico, social y cultural, tanto de orden nacional como internacional.
8. El éxito de una estrategia en las organizaciones grandes depende más de la capacidad organizativa de las fuerzas políticas que la impulsan; mientras que en las organizaciones pequeñas depende más de la capacidad de sus líderes.
Los principios estratégicos negativos son a su vez de acuerdo a Hart, los siguientes:
1. Calcular como evitar lo peor, es decir, peores condiciones de como se estaba antes de iniciar la estrategia.
2. No entrar en confrontaciones cuando los oponentes están preparados, salvo que se tenga una gran superioridad. Preferir la desmotivación, el desgaste y la sorpresa del enemigo.
3. No repetir de inmediato una acción fracasada, salvo si la situación cambia dramáticamente en nuestro favor.
Seguiremos comentando, a propósito de la campaña electoral que se avecina.