En medio de una profunda crisis sanitaria provocada por la pandemia del Covid-19 y el trago amargo de unas fatídicas elecciones municipales, que cinco meses antes tuvieron que ser suspendidas, la mañana del 5 de julio del 2020, millones de dominicanos se dispusieron a ejercer su derecho al voto, que terminaron con la victoria del Partido Revolucionario Moderno (PRM).
Fueron unas elecciones atípicas, ya que, estaban programadas para el domingo 17 de mayo, pero producto de las restricciones mundiales y para proteger la salud de la población, la Junta Central Electoral (JCE) pospuso para el 5 de julio, la celebración de estos comicios que estrenaban esta fecha por primera vez en la historia republicana.
El país estaba inmerso en una profunda crisis social y política, tras la suspensión de las elecciones municipales el 16 de febrero de ese año, cuando fallaron los equipos electrónicos con los que se implantaría el voto automatizado por primera vez.
Esta situación provocó, en un hecho jamás ocurrido en la República Dominicana, se pospusieron esos comicios municipales.
El descontento creció en gran parte de la población, que ya venía dudando de la transparencia del proceso, bajo la modalidad del voto electrónico, tras las denuncias de supuestos fraudes en las elecciones internas del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el 6 de octubre del 2019.
Pese al rechazo de sectores, la JCE insistió en utilizar esa metodología, terminando con la debacle y posterior presión social, que convirtió la Plaza de la Bandera, justo frente a la sede del organismo comicial, en el epicentro de las manifestaciones más significativas de la historia reciente.
Sin embargo, luego del fracaso, se fijaron para el 15 de marzo nuevos comicios municipales, ahora utilizando la metodología tradicional, en un proceso diáfano, que dio paso a la contienda de julio de ese año.
Es así como el domingo 5 de julio del 2020, el hoy presidente de la República Luis Abinader, logró conseguir la victoria que llevaría al novel Partido Revolucionario Moderno (PRM) al poder, por primera vez en esa nueva etapa y tras 16 años de gobiernos ininterrumpidos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), bajo la tutela de los ex gobernantes Leonel Fernández y Danilo Medina.
Esas elecciones generales, en las que también se escogía los representantes del Congreso Nacional, ostentaron el record de mayor abstención en la historia de la República Dominicana, con un 44.71%, motiva por el miedo al Covid-19, que para la fecha, cobraba la vida de decenas de miles personas diariamente en todo el mundo.
Sin embargo, era una victoria importante para el hoy partido de gobierno, que sólo seis años atrás se había separado de su antigua matriz, en el Partido Revolucionario Dominicana (PRM) y capitalizando todo el contexto social, obtuvo los mejores dividendos.
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Luego del conteo oficial de los votos, el actual mandatario Luis Abinader, obtuvo un 52.52% de los votos, seguido por el candidato por el entonces partido oficialista PLD, Gonzalo Castillo, quien consiguió 37.46% de los sufragios.
En tercer lugar, con un 8.9%, quedó el expresidente Leonel Fernández, quien tras el supuesto fraude de octubre del 2019, decidió dimitir del PLD y formar una nueva entidad política, llamada Fuerza del Pueblo.
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Hoy, tres años después y a solo meses de una nueva batalla electoral, los tres partidos punteros en la contienda pasada, son los mismos que salen como favoritos, aunque con un panorama distinto, que plantea la posibilidad de un nuevo hito histórico en el país, como lo es una potencial segunda vuelta electoral.