La liquidación del PRD, producto de un conjunto de factores, entre los cuales se destacan la alianza táctica del PLD encabezado por Leonel Fernández y las “Altas Cortes”, JCE incluida; con Miguel Vargas y su grupo inefable de seguidores; hizo necesaria la organización acelerada de un nuevo partido; en un tiempo que es propio y oportuno para hacerlo, si se establecen las condiciones para hacerlo bien, que herede el espíritu y la imagen del que con mucho ha sido el principal actor de la democracia dominicana.
Conviene sin embargo enumerar algunos aspectos que contribuyeron al descalabro y pérdida del “Partido de la Esperanza Nacional”.
1-El PRD, bajo el liderazgo inicial de Juan Bosch y luego de Peña Gómez, lideró las luchas contra el despotismo y el terror desatado por la contrarrevolución balaguerista durante los años 1966-1978, que cobró centenares de víctimas, de la que se libró el país por el activismo militante y la gestiones internacionales, mezcladas con la habilidad táctica de Peña Gómez.
2- El triunfo electoral del PRD y sus gobiernos del 1978 al 1986, trajeron la paz y mayor bienestar social a la familia dominicana, pero también despertó ambiciones desbocadas y la pérdida de parte de la mística democrática que lo caracterizaba, pero sin cambiar la Constitución balaguerista.
3- En la elección del 1986, una división previa del PRD creó las condiciones para el retorno de Balaguer, cuyo triunfo fue proclamado por el candidato del PRD (Majluta) antes de que se contaran 90,000 votos entre observados y anulados que podían darle el triunfo, para evitar que el presidente Jorge Blanco pudiera hacerlo.
4- Durante los “Diez años de Balaguer” (1986-1896), éste redujo la represión pero siguió su estilo autoritario y entonces populista, mientras el PRD bajo Peña Gómez hizo ingentes esfuerzos por reorganizarse y modernizarse, que en 1994 le dieron la ventaja, pero solo superado por un gran fraude balaguerista que conmovió al país y al extranjero. Para evitar la guerra civil se pudo recortar el periodo a dos años y se prohibió la reelección presidencial.
5- En 1996 un Balaguer resentido que apoyó a Leonel, y un padrón electoral plagado de irregularidades, hicieron posible el triunfo del PLD en segunda vuelta.
En el año 2000 el PRD volvió al poder con Hipólito Mejía, pero no se aprovechó para reorganizar el partido, sino que la aspiraciones de medio ministerio y el reeleccionismo dividieron al partido. El resultado fue el retorno del PLD al poder.
6- En el 2008 la candidatura nada carismática de Miguel Vargas auspiciado por su fortaleza financiera y la falta de liderazgo emergente, produjeron una nueva derrota del PRD, pero allanó a Vargas el camino a la presidencia del partido, mientras éste se dividía entre muchos aspirantes sin vocación de trabajo en grupo.
Mientras el PRM no supere la cultura de colmado político, en el que dos o tres creen que pueden hacerlo todo sin tener en cuenta a los disidentes ni los grupos emergentes; por buenos que sean los candidatos, para hacer posible el desarrollo de ese nuevo partido y su acceso al poder en el 2016, esa será una tarea por realizar, con el apoyo y participación de grandes sectores políticos, sociales y económicos.