Gracias a una publicación del periódico El Nacional, que tuvo acceso a los documentos oficiales que así lo hacen constar, nos hemos enterado de las razones por las cuales la Dirección General de Migración decidió, de un día para otro y sin informárselo a nadie, que los ciudadanos dominicanos tienen que presentar, además del pasaporte, su cédula de identidad y electoral para salir del país, lo que tomó por sorpresa a muchos viajeros y provocó largas filas en los aeropuertos del país. Pero también sorprendió a la Dirección General de Pasaportes, que se enteró de la decisión por los periódicos, un hecho insólito y tan difícil de entender en dos instituciones públicas que comparten el mismo edificio y deben trabajar en sinergia que fue noticia de primera plana.
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La medida, que Migración justificó bajo el alegato de que trata de evitar la suplantación de identidad, provocó que regresara a la discusión pública el tema de las vulnerabilidades de nuestro documento de viaje, uno de los menos confiables del mundo. Pero ayer nos enteramos de que la verdadera razón fue la solicitud del Ministerio de Defensa al Vicealmirante Luis Rafael Lee Ballester, Director de Migración, de fortalecer las medidas de seguridad para evitar que los militares dominicanos salgan del país sin los permisos correspondientes.
Eso significa que todos los retrasos y molestias que han tenido que sufrir los ciudadanos que han viajado fuera del país en los últimos días obedecen al hecho de que los militares están como chivos sin ley y no hay forma de controlar sus entradas y salidas del país, por lo que se decidió sacrificar al resto de la población. Si dijera aquí que con esto el Gobierno sigue dando muestras de que tiene problemas de comunicación, tanto dentro de la propia administración como hacia sus gobernados, diría una gran verdad pero me quedaría corto, pues lo que acaba de hacer la Dirección de Migración, y mas que nada los motivos por los cuales lo ha hecho, va mucho mas allá de eso. Quizá demasiado.