En mayo de 2022, las noticias eran funestas para los amantes de la carne de chivo: escasa y a 350 pesos la libra, en la mayoría de los puntos de venta. Sin embargo, dos años después, hay en supermercados y “chiveras” abundancia de corte caprino para guisar, a 290 pesos: un ajuste de 60 pesos por cada 16 onzas, sin lesionar la rentabilidad de los productores.
El fin de la escasez, el aumento del consumo y la mejora en los precios, así como la inclusión del plato típico en la carta de numerosos restaurantes, resulta del éxito de la primera etapa del Plan de Relanzamiento, Repoblamiento y Desarrollo del Sector Ovino-caprino de República Dominicana y de la novedosa campaña “Tamo en Chivo”.
Con ambas iniciativas, el Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA) ha conseguido un incremento estimado en un 35 % en la producción caprina, satisfaciendo la demanda con un preciado y nutritivo alimento cárnico de origen nacional.
Para que el chivo retornase victorioso a su sitial en la economía y la gastronomía dominicanas, acompañado lo mismo de chenchén que de víveres o arroz con habichuelas, el FEDA entregó 1,053 créditos blandos de 300 mil pesos cada uno, a través del Banco Agrícola, a igual número de criadores.
“Los beneficiarios, establecidos en las nueve provincias fronterizas productoras de chivos y ovejas, fueron ampliamente capacitados como emprendedores y futuros empresarios del sector. Y han comenzado a experimentar mejoría en sus finanzas familiares y comunitarias”, afirma el director ejecutivo de la institución.
El economista Hecmilio Galván explica que se trata de la política pública generadora del cambio más drástico y rápido en un subsector productivo nacional, al pasar de una cartera de crédito con 21 millones de pesos, en 2019, a una con 432 millones, en 2023, “lo que representa un incremento de más de un 2,200 % en cuatro años”.
Para lograr el cambio cultural que ha permitido convertir a los criadores en empresarios, agrega, el FEDA ha realizado más de 200 actividades de sensibilización, socialización y capacitación en todas las provincias del país, así como siete grandes seminarios educativos en los que han participado más de 8,000 productores ovino-caprinos.
“Dichos emprendedores cuentan ahora con habilidades que les permiten sustituir las técnicas tradicionales de crianza por avanzados métodos que aseguran una mayor rentabilidad”, añade.
Gracias a esta transferencia de tecnología, continúa Galván, la producción casual, artesanal, rudimentaria y arcaica, pasó a ser una actividad comercial con requisitos sanitarios, de manejo, infraestructura y prácticas culturales que convierten un ejercicio marginal en una actividad empresarial generadora de riquezas en el campo dominicano.
“Hemos otorgado unos 432 millones de pesos en financiamiento, a fin de que los productores incrementen la crianza y aumenten su nivel de vida; y para que los cárnicos ovino-caprinos lleguen a precios más justos al consumidor final”, añade.
Como parte del programa, el FEDA ha donado 1,281 chivas y ovejas a jóvenes emprendedores y a asociaciones y cooperativas de mujeres de todo el país, dentro del programa Agropecuarios del Mañana, RD Emprende y el plan Madres del Campo.
El funcionario resalta el hito histórico del aseguramiento y la bancarización de 1,053 hatos ovino-caprinos, de mil proyectados inicialmente, que generan unos 2,218 empleos indirectos e impactan positivamente a cientos de miles de personas en las provincias Azua, Bahoruco, Independencia, Pedernales, San Juan, Elías Piña, Valverde, Montecristi, Santiago Rodríguez y Dajabón.
Para la mejora genética de los ovino-caprinos, uno de los ejes fundamentales del plan de relanzamiento, el FEDA ha donado 91 padrotes producidos por el Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF) y licitó 250 sementales de buena genética que serán donados a los productores, a fin de transformar la crianza en el país.
“Será la donación de material genético de chivos y ovejos más grande en la historia dominicana”, asegura Galván, quien también destaca la instalación del Centro Genético Ovino-caprino de Cumayasa, en La Romana, el cual produce ovejos Katahdin, de excelente genética, en beneficio de los emprendedores del este.
Precios, existencias y nutrición
El veterinario Miguel Mercedes, coordinador del proyecto ovino-caprino del FEDA, refiere que, en 2022, la carne de chivo llegó a cotizarse hasta a 400 pesos la libra, convirtiéndose en inalcanzable para los amantes del mítico chivo liniero, cuyo sabor exquisito tiene su origen en el orégano con que se alimenta.
Actualmente, señala, un precio más justo beneficia a consumidores y da sostenibilidad a los productores, ya que la libra de chivo para guisar cuesta 289 pesos en diversos supermercados del país y 290 pesos en la Chivera El Varón, en Santo Domingo, entre muchos otros puntos de venta.
La mejora en el precio permite el regreso a la mesa de las familias dominicanas del “chivo guisao” y el “chivo asao”, entre otras exquisiteces; al tiempo que los restaurantes incluyen en su oferta gastronómica platos exóticos como la paleta de cordero y el mofongo, la croqueta y el risotto de chivo.
Mercedes resalta que el FEDA ha logrado un ajuste en el precio de la carne de chivo sin afectar la rentabilidad de los productores, gracias a un aumento del 35 % en la producción, luego del financiamiento en condiciones blandas, la adquisición de padrotes mejorados genéticamente y la puesta en práctica de avanzados métodos de crianza.
El funcionario destaca que las carnes ovino-caprinas revisten fundamental importancia para una variada alimentación, por su alto valor nutricional: son ricas en proteínas, vitaminas B12 y B1, hierro, potasio, zinc y otros elementos indispensables para la salud y la vida.
Estrategia para derrotar la pobreza
“El eje principal del Plan de Relanzamiento, Repoblamiento y Desarrollo del Sector”, resalta el director del FEDA, “es la incorporación de familias de escasos recursos a la producción de ganado ovino-caprino. Buscamos incrementar ingresos, generar empleos y contribuir a la disminución significativa de la pobreza en las áreas rurales seleccionadas”.
Para ello, el Gobierno ha otorgado préstamos blandos con un interés anual del 5 %, un año de gracia y cuatro de amortización, a 1053 criadores que pagan sus cuotas trimestralmente, dado el ciclo productivo de crianza, en una estrategia adoptada por el FEDA para garantizar la puntualidad en el pago.
Y se esfuerza para que un diez por ciento de los beneficiados sean jóvenes emprendedores recién integrados a la actividad económica, a fin de garantizar el relevo generacional y evitar la emigración del campo a la ciudad o al extranjero, por motivos financieros.
Eliminación de importaciones
Galván afirma que el incremento sostenido de la producción ovino-caprina permitirá al país satisfacer la creciente demanda del mercado nacional, así como la del sector turístico local; al tiempo que reducirá sustancialmente la dependencia de las importaciones.
En torno a la crianza de chivos y ovejas, agrega, es erigida toda una cadena de valor que va más allá de la producción de carne: integrará también subproductos como leche, pieles y estiércol.
Según las estadísticas, cerca del 80 % de las carnes ovino-caprinas consumidas en el país, en 2019, procedían del extranjero. En tanto, el Observatorio de Complejidad Económica (OEC) señala que, en 2022, el comercio neto de carne de chivo y oveja alcanzó un déficit de 8.9 millones de dólares.
Tal disparidad en la balanza comercial hace de la disminución en las importaciones de ganado ovino-caprino, uno de los principales objetivos del Plan de Relanzamiento, Repoblamiento y Desarrollo del sector, establece Galván.
De acuerdo con el OEC, República Dominicana exportó, en 2022, 613 mil dólares en carne de chivo y oveja, principalmente hacia Bahamas, convirtiéndose en el exportador mundial número 71.
Sin embargo, en ese mismo año, importó 9.52 millones de dólares en carne de ovino-caprina, principalmente desde Australia (US$5.65 millones), Estados Unidos (US$2.59 millones), Nueva Zelanda (US$1.24 millones), España (US$19,400) y Alemania (US$13,100), sin contar con la gran cantidad de carne de chivo y oveja proveniente de Haití, la cual no figura en los registros.