Nos alimentamos de noticias falsas, informaciones maliciosas, manipulación de imágenes y otros vicios que se propagan a la velocidad de la luz. Sin pensarlo mucho nos convertimos en repetidores de esas informaciones, sin reparar en el daño que podemos causar a terceros, ya sean personas o instituciones.
Las redes sociales son un mundo vasto, donde la interacción entre las personas es tan amplia que, salvo estrictas regulaciones, poco podemos hacer para amortiguar los efectos de las mentiras que se difunden por esa vía. Debo reconocer que la libertad de expresión se ejerce en este mundo virtual, sin el cual estaríamos expuestos a una información bastante restringida en los medios tradicionales.
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Este reconocimiento es lo que motiva la propuesta de promover el pensamiento crítico, para ayudar a discernir entre argumentos mediocres y brillantes, y fomentar valores que permitan distinguir la verdad de la mentira, promoviendo conclusiones bien fundamentadas. Esto servirá a los estudiantes para usar sus neuronas, desarrollar un pensamiento propio y evitar el plagio.
Cuando todo está hecho, hacemos poco esfuerzo por crear. Con la Inteligencia Artificial (IA), podríamos caer en la comodidad del “menor esfuerzo posible”, utilizando el pensamiento acumulado por la humanidad y dejando morir el impulso y la capacidad de pensar con la que ha sido dotado nuestro cerebro.
El pensamiento crítico impulsa a buscar, dudar, meditar, a estar dispuestos a considerar, tomarse el tiempo necesario para afirmar y poner en orden toda la información recibida, evitando que nos impongan ideas e imposturas provenientes de la falsedad y la malicia.
Hace algunos meses se difundió la falsa noticia de la muerte del artista español José Luis Perales. Él mismo tuvo que desmentirla mientras vacacionaba en Londres junto a su familia, pero la noticia fue tan ampliamente divulgada que incluso los medios tradicionales la replicaron.
A Shakira la han «matado» varias veces. En una ocasión publicaron que había sufrido un accidente, mostrando una foto de una rubia muerta junto a un carro rojo, sugiriendo que era ella.
Las cosas no se quedan ahí. La difamación, el uso inadecuado de la imagen, el daño a la honra y todas las manchas que se pueden crear con inventos maliciosos cuyo propósito es hacer daño, deben motivarnos a enseñar el uso del pensamiento crítico. Debemos poner siempre en duda la información que recibimos y fomentar los mecanismos para reproducir la verdad, no las mentiras.
En nuestra adolescencia, en mi grupo de amigos se leía mucho, y uno de ellos decía siempre: “Hay que leer mucho; es la forma de abastecer el cerebro de conocimientos, pero no siempre se encuentra la verdad en los libros”. Cuando él decía esto, ni remotamente pensábamos que íbamos a disfrutar de dos mundos: el real y el virtual.
Los tiempos exigen que el maestro ejercite el pensamiento crítico y motive a los alumnos a cultivarlo. Es la forma de contribuir a la formación de profesionales capaces de investigar, crear y producir un pensamiento nuevo, desarrollando nuevos conocimientos y descartando todo lo nocivo que se recibe a diario. Crear su propia verdad no solo de los hechos, sino también nuevas herramientas para nuevos paradigmas, y evitar las distracciones impuestas para que dejemos de pensar.