Debe incrementarse la cantidad psi- cólogos y psiquiatras en todo el país
Resulta indudable, cómo actualmente ha aumentado el porcentaje de la población dominicana que sufre de trastornos mentales tales como la depresión o enfermedades derivadas de las adicciones a sustancias psicoactivas y de las situaciones de violencia y abuso intrafamiliar, pero ahora la ansiedad también se impone dentro de las alteraciones a la salud mental que ha estado provocando el covid-19.
Por tal razón, cada vez es más evidente la necesidad de contar con un modelo de salud mental integrado a la atención primaria, que como bien se ha creado, sea comunitario, participativo y humanizado, pero que debe enfatizar arduamente sus estrategias a la prevención a través del sistema de salud coordinado, descentralizado y con mayor cobertura.
En nuestro país, factores como la pobreza, las desigualdades sociales, los estigmas y esas murallas que aún tenemos para facilitar la atención oportuna no permiten garantizar un estado mental saludable a ciertos sectores de la sociedad. Por eso es alarmante el incremento de la ansiedad, la depresión y la esquizofrenia en jóvenes, en su mayoría a consecuencia de la marginación social, la pérdida de esperanza y el individualismo.
Para mí lo más preocupante de este tema de las enfermedades mentales en nuestro país es que hoy día, a pesar de ser cada vez más comunes de lo que sabemos o creemos, aún vemos como prevalecen esos estigmas y prejuicios, con burlas, desprecio o afirmando que son actitudes o conductas para llamar la atención, para sentirse importantes, y esto, es solo parte de la problemática que merma la relevancia para estas personas de buscar ayuda profesional, muchas veces desconociendo que se podría estar ante una enfermedad mental.
Un reciente análisis de la situación de salud en RD destaca que los recursos financieros para los servicios de atención a dichas patologías son insuficientes, por lo cual es limitada la capacidad de satisfacer la necesidad de prevención y atención a las personas afectadas.
Y esto a la vez exige que se incrementen la cantidad de psicólogos y psiquiatras en todo el país, de manera que se puedan reforzar las clínicas de atención primaria con por lo menos uno, de cada una de esas especialidades.
La salud mental individual está determinada por múltiples factores sociales, psicológicos y biológicos, que afectan la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos la vida, y ayuda también a determinar cómo manejamos el estrés, como nos relacionamos con los demás y como tomamos decisiones bajo las presiones socioeconómicas persistentes que constituyen un riesgo bien conocido para la salud mental de las personas y las comunidades.
Por eso es que, a mi entender, es elemental promover la salud mental, en miras de prevenir trastornos mentales, dispensar atención, mejorar la recuperación, promover los derechos humanos y reducir la mortalidad, morbilidad y discapacidad de personas con trastornos mentales, ya que la salud mental tiene que ver con la vida diaria de todos, puesto que influye en la manera en la que cada uno de nosotros nos relacionamos con otros en el seno de la familia, en la escuela, en el trabajo, en las actividades recreativas, en el contacto diario con nuestros iguales y, en general, en la comunidad.
Comprende la manera en que cada uno armoniza sus deseos, anhelos, habilidades, ideales, sentimientos y valores morales con los requerimientos para hacer frente a las demandas de la vida. Y esto, es algo que podemos establecer y fomentar desde las escuelas y hasta en nuestros centros de trabajo, porque lo elemental es la prevención de la salud, con formación, educación, y servicios de atención oportuna, que nos permita prever, tratar a tiempo, y reaccionar con anterioridad a cualquier situación de salud.
*la autora es psicóloga clínica