No obstante los malos presagios para el 2023 de las instituciones económicas internacionales, como el Banco Mundial, para el período 2023-2024, nuestro país proyecta un sólido crecimiento económico de 4.9 por ciento para ese período contrario a los demás países de América Latina y el Caribe que presentan una desaceleración del 3 por ciento a causa de la pandemia de covid-19 cuyo combate representó RD$380 mil millones para el Gobierno de Luis Abinader que, en adición a estos cuantiosos recursos, se ha visto precisado a subsidiar con miles de millones de pesos los efectos económicos devastadores de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Como dominicanos tenemos que sentirnos orgullosos del manejo de las finanzas públicas las cuales se administran con la pulcritud y el cuidado necesarios para que las inversiones que se llevan a cabo en todo el territorio nacional, no se conviertan en oportunidad para el enriquecimiento ilícito de políticos y funcionarios que se acercan al poder con intenciones de aumentar sus patrimonios personales en detrimento de las clases más desposeídas que padecen todavía los efectos de una desigualdad que, tras 20 años de gobierno peledeísta, aún no ha podido ser superada pese a los esfuerzos sinceros que se hacen para ello.