Ha sido puesta en la mesa una única propuesta que habla de paz ante un Occidente que parece no querer otro escenario que no sea una guerra fratricida que concluya con la salida de Putin y la destrucción de Rusia como federación. Desde Beijing se publicó una iniciativa para poner fin a los enfrentamientos en Ucrania y avanzar a un escenario en que se consolide la paz sustentada en el derecho internacional.
El documento de 12 puntos de Beijing enfatiza, en primer lugar, el respeto a la soberanía, independencia e integridad territorial de todos; declara que la seguridad de uno no puede ser a expensas de otro; reclama cese al fuego; conversaciones de paz; protección de civiles; no uso del arma nuclear; garantizar exportación de cereales; detener sanciones unilaterales y promover la reconstrucción. Sin embargo, para Jack Sullivan, asesor de seguridad de la Casa Blanca, el único punto válido es el primero, todo lo demás no importa si Moscú no es derrotado.
Para Biden, sin miramientos de que la continuación de la guerra significa más muertes y destrucción para Ucrania, el proyecto chino solo beneficia a Rusia. Por supuesto, es de esperar que Occidente y Ucrania “coincidan” con esa posición estadounidense.
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En una mesa de negociación cualquier cosa se pudiera pulir, pero es una utopía pretender negociar una derrota rusa no obtenida en el campo de batalla. Las indicaciones claras y explícitas enviadas a Zelensky son no negociar; por ello se retiró de las negociaciones, a la espera de la debacle rusa.
Biden asegura que el apoyo occidental durante primavera y verano pondría a Ucrania en una posición de fuerza, Objetivamente, en el terreno, nada indica que se pueda avanzar en esa dirección cuando la gran preocupación, hoy, es la inminente ofensiva rusa.
Occidente ha optado por priorizar, siempre, la confrontación, la fuerza y la guerra. Negociar, solo si hay capitulación, posición que aleja cualquier negociación.
La declaración de la vocera moscovita de que Rusia valora “la aspiración sincera de los amigos chinos de aportar una valiosa contribución en la solución del conflicto en Ucrania por medios pacíficos. Compartimos las consideraciones de Pekín», para Biden es prueba de que se trata de una mala iniciativa.
La propuesta china es realista y objetiva, ajustada al derecho internacional y merece un espacio para parar la pérdida de vidas humanas, pero para el nuevo eje de dominación mundial cualquier sabor chino les resulta amargo.