Organizaciones en pro del aborto legal en Polonia y otros colectivos marcharon hoy por Varsovia, en el 102 aniversario de la implantación del voto femenino y dentro de las protestas por el fallo del Tribunal Constitucional contra la interrupción del embarazo en caso de malformación del feto.
La marcha empezó a discurrir por la capital polaca entre advertencias de la policía, que instó a sus participantes a disolverse, y las consignas en contra del ultraconservador gobierno del partido Ley y Justicia (PiS).
Junto a la manifestación de Varsovia habían sido convocadas otras marchas del mismo signo en varias ciudades del país.
Polonia asiste desde hace semanas a una reactivación del movimiento pro aborto. Su desencadenante fue la sentencia del Tribunal Constitucional polaco del 22 de octubre, que introducía una nueva limitación a la de por sí estricta ley polaca, de las más restrictivas de la Unión Europea (UE).
El fallo declaraba inconstitucional la interrupción del embarazo en caso de malformación del feto, una de las pocas posibilidades de acceder legalmente al aborto en el país y la más frecuente entre las mujeres polacas que deben dar ese paso.
Se sucedieron las manifestaciones en contra de ese fallo, que respondía a una demanda interpuesta por un grupo de parlamentarios del PiS. De las primeras reacciones espontáneas en la calle se pasó a movilizaciones más masivas y las llamadas «huelgas de mujeres».
Estos movimientos cuentan con pronunciamientos de apoyo desde Bruselas. Este jueves, el Parlamento Europeo condenó como un «retroceso de los derechos sexuales y reproductivos» de las mujeres polacas la sentencia del TC.
En su declaración, la Eurocámara subrayó que el fallo implica casi una prohibición y que ésta pone en riesgo la vida de la mujer.
Todo ello, en medio de la confrontación abierta con Bruselas en que han entrado Polonia y Hungría por su veto al presupuesto comunitario 2021-2027 y, por extensión, al plan de reconstrucción tras la pandemia.
Los primeros ministros polaco y húngaro, Mateusz Morawiecki y Viktor Orbán, ratificaron ese veto en una reunión mantenida el jueves, en Budespest. Las razones del bloque es el mecanismo de condicionalidad introducido, que liga la entrega de fondos europeo al respeto al Estado de derecho.
Para Varsovia y Budapest, ese mecanismo de condicionalidad no está en línea con los tratados europeos y no garantiza la seguridad jurídica, además de responder a lo que consideran razonamientos políticos, arbitrarios y no objetivos.
Orban y Morawiecki -que encabezan gobiernos ultraconservadores y nacionalistas- explicaron el 19 de noviembre a sus homólogos europeos en una teleconferencia que no estaban en disposición de respaldar el presupuesto europeo y el plan de reconstrucción por su rechazo frontal al mecanismo de condicionalidad.