El presidente francés Emmanuel Macron parecía encaminado a la reelección el domingo tras vencer a la candidata de la ultraderecha Marine Le Pen, según proyecciones.
Le Pen luego reconoció su derrota y la victoria del presidente Macron.
Enfatizó sin embargo que el porcentaje sin precedente que obtuvo en los comicios “es de por sí una victoria deslumbrante”.
“Las ideas que representamos están alcanzando grandes alturas”, afirmó.
Si las proyecciones son confirmadas por los resultados oficiales, Macron será el primer presidente francés en ser reelegido en 20 años; el último fue Jacques Chirac en 2002. Pero tendrá que gobernar a una nación profundamente dividida y tendrá que hacer un gran esfuerzo para mantener un mayoría parlamentaria en las elecciones de junio.
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Cinco años atrás, Macron obtuvo una abrumadora victoria y se convirtió, a los 39 años, en el presidente más joven en la historia de Francia. En esta ocasión lo más probable es que la diferencia sea mucho menor: Las encuestadoras Opinionway, Harris y Ifop proyectaron que Macron ganará con entre 57% y 58,5% de los votos frente a entre 41,5-43% para Le Pen.
Esta segunda vuelta tiene implicaciones para el futuro de Europa. Durante la campaña Macron era favorito pero enfrentaba un duro desafío de Le Pen.
Macron pidió a los votantes que confiaran en él para un segundo mandato de cinco años tras un mandato que incluyó protestas, la pandemia y la guerra en Ucrania.
El resultado de los comicios en Francia, una potencia nuclear con una de las economías más grandes del mundo, también podría afectar al conflicto en Ucrania, ya que Francia ha jugado un papel clave en los esfuerzos diplomáticos y el apoyo a las sanciones contra Rusia.
El apoyo a Le Pen había crecido durante la campaña al nivel más alto que ha logrado nunca la candidata, y la participación resultará decisiva el domingo. Muchos de los que tenían previsto votar por Macron probablemente lo harían para frenar a Le Pen y a ideas consideradas como demasiado extremas y antidemocráticas, como su plan de prohibir el uso del hiyab islámico en público o sus lazos con Rusia.
Le Pen votó en Henin-Beaumont, en el antiguo corazón industrial de Francia. Ahí saludó alegremente a los trabajadores electorales en la ciudad norteña. Salió de la cabina de votación radiante y depositó su papeleta en una caja transparente. Afuera, se tomó fotos con sus seguidores.
Luego vino Macron, quien estrechó docenas de manos, y cargó a un niño, en su trayecto desde la casa familiar en la ciudad turística de Le Touquet en el Canal de la Mancha hasta su centro de votación.
En el interior, el presidente saludó a más personas, posó para fotografías con su esposa Brigitte y emitió su voto con un guiño a las cámaras. Las cabinas de votación estaban protegidas por cortinas del rojo, blanco y azul de la bandera francesa.