En medio de la barahúnda de la política partidaria y de la atención que capta en medios y la población en general, aun en aquellos segmentos de la llamada masa silente, algunos hechos y situaciones de gran trascendencia apenas son valorados o cuando menos conocidos en su justa dimensión.
Es una pena que mientras a la política se le asigna tanta significación, quizás más allá de lo debido y conveniente, proyectos e iniciativas que prestigian al país y sus entidades quedan reducidos a un plano secundario.
Un ejemplo de esto es cómo ha pasado un tanto inadvertido el anuncio de que un centro académico de gran reputación como la Universidad de Illinois, que se distingue por la investigación, ha puesto sus ojos en la República Dominicana para uno de sus programas.
La idea es que el país pueda servir de plataforma para extender el alcance de un importante programa que desde hace 10 años desarrolla la universidad de Illinois con embriones destinados a la producción lechera tropical en todo el mundo.
La entidad escogida para la ampliación de este proyecto es la Hacienda Los Ángeles, en la comunidad de Ramón Santana, en San Pedro de Macorís, una finca ganadera integral que combina producción e industrialización de leche y que tiene ya experiencia en el fomento de embriones.
Directivos de la universidad hicieron su selección tras conocer la trayectoria y logros alcanzados en esta unidad ganadera con la producción de embriones, a partir de cruces y ensayos científicos con razas de alta calidad genética.
Ahora, con especialistas y toda la capacidad de investigación de la universidad estadounidense, el desarrollo de nuevas razas en favor de la ganadería dominicana de leche y de carne tendrá renovado impulso con fórmulas para mejorar la producción y fortalecer la resistencia frente a enfermedades.
Este equipo está integrado por Matthes B. Sheeler, PHD con experiencia en embriología y genética; Phil Cardoso, especialista en la producción de lácteos, así como en gestión y nutrición y la doctora Sandra Rodríguez, dedicada a la fecundación in vitro y la transferencia de embriones.
Otra gran oportunidad de intercambio y experiencias se abre para el país, porque grupos de estudiantes con dominio del español podrían ser enviados desde Illinois para observar los trabajos en Hacienda Los Ángeles, como parte de sus programas de estudio.
El reconocimiento internacional a este hato como centro de experimentación ganadera ha llegado a tal nivel que su propietario, el empresario Angel Rondón, se ha animado a establecer tales convenios, en el entendido de que son beneficiosas alianzas estratégicas, en beneficio de la investigación científica y tecnológica.
La Universidad Central del Este (UCE) y el Patronato Nacional de Ganaderos han destacado las ventajas de que programas de este tipo se fomenten, ya que sus resultados pueden traducirse en un sustancial mejoramiento de la ganadería nativa.
Uno de los aspectos más valorados es el riguroso proceso de investigación seguido en el cruce de dos reconocidas razas vacunas que Hacienda Los Ángeles realiza para obtener ejemplares vacunos de mayor resistencia a las condiciones tropicales adversas y transformar la ganadería nacional.
Se trata, no hay duda, de un ejemplo de lo que se puede lograr, sin mucha alharaca y con un serio enfoque para producir localmente avances científicos que se creían reservados sólo para naciones del llamado primer mundo.