Público, privado y estatal

Público, privado y estatal

Eusebio Rivera Almodóvar

Público, privado y estatal. Al igual que otros que utilizo, desconozco el origen y fecha de nacimiento del refrán que dice “no tan calvo como para que se me vea el cerebro, pero tampoco con dos pelucas” cuyo mensaje es más claro que un trueno en plena tormenta y quiero tomarlo de ejemplo a propósito del actual debate sobre las privatizaciones posibles, probables e intolerables de los bienes públicos.

Queda claro que cuando los servicios públicos, como salud, educación y transporte son deficientes, alternativamente prosperan esos servicios privados y como contrapartida, cuando lo privado esquilma, maltrata o estafa a la población, el Estado debería proveer atención complementaria o poner barreras ante la extorsión privada. De igual manera, la rotura del equilibrio y colaboración público-privada, engendra uno de dos demonios que los lingüistas o filólogos llaman dictadura si predomina el Estado o plutocracia si vence el sector privado.

En nuestro país no se evidencia una colaboración público-privada, sino una alianza o contubernio para beneficiarse mutuamente del Estado y en el medio está la sociedad, la población o el pueblo.

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