En Davos se planteó cómo medir “el crecimiento bueno” y si las cuentas nacionales deberían incorporar elementos medioambientales o sociales
Madrid. El debate recurrente sobre si el crecimiento económico refleja el bienestar de una nación volvió a plantearse en el Foro de Davos, donde se habló de mirar más allá del desempeño económico para medir el progreso de un país, tomando el nivel de vida o la felicidad de la ciudadanía como medida del éxito.
Noventa años después de que se implantara el producto interior bruto (PIB) como indicador del avance económico nacional, en el foro económico mundial este año se planteó cómo medir “el crecimiento bueno” y si las cuentas nacionales deberían incorporar elementos medioambientales o sociales, además del valor monetario de los bienes y servicios que produce.
Según la literatura académica, el propio creador del PIB, el economista ruso-estadounidense Simon Kuznets, reconoció desde el principio que del PIB per cápita no se podía deducir el bienestar de la población sin tener en cuenta cómo se distribuye la renta de un país y abogó más tarde por una reformulación del indicador con un enfoque más cualitativo.
La ministra de Finanzas de Suecia, Elisabeth Svantesson, considera que el PIB es hoy por hoy un indicador necesario y la mejor manera de medir el crecimiento, porque “las cosas cuestan”, aunque reconoce que hacen falta otros indicadores de bienestar.
Sin embargo, el ministro de Economía español, Carlos Cuerpo, defiende que hay que actualizar y mejorar los elementos con los que se mide el PIB, añadiendo una perspectiva medioambiental y social.
El ministro puso como ejemplo la subida del salario mínimo en España, superior al 50 % en los últimos cinco años, que ha supuesto un impulso para el consumo, pero también ha disminuido la vulnerabilidad de una economía en los hogares.
Calcular el valor de las transacciones monetarias de un país permite conocer la evolución del consumo de los hogares, la inversión privada, gasto público en consumo, balanza comercial, distribución de la renta y el reparto de la producción por sectores.