Uno de los peores errores cometidos por la oposiciónque encabeza el PRM ha consistido en oponerse a la terminación de la obra cumbre para el desarrollo energético nacional, el Proyecto Punta Catalina, so pretexto de los supuestos ilícitos incurridos por Odebrecht al confesar el pago de sobornos en el país, situaciones que la Justicia dominicana actualmente ventila.
Rechazar la culminación inmediata del costoso complejo eléctrico –equivalente a decir, terminar los apagones-, demuestra su estrechez de miras, su errática interpretación de la realidad nacional dentro del complejo entorno internacional, pero sobre todo, su incapacidad para dirigir la nación, pues, sencillamente, no hubieran concebido un plan desarrollista tipo Punta Catalina o, en las circunstancias presentes, la hubiesen paralizado con onerosas consecuencias.
El informe que presentó la Comisión Investigadora ha demolido los argumentos del PRM. Los comisionados recomiendan terminarla citando sus contribuciones enormes, que “aportará la capacidad necesaria para sostener el equilibrio de la demanda energética del país, contribuirá a la diversificación de la matriz energética y reducirá el costo promedio de generación”.
El argumento fundamental del PRM, que la licitación y adjudicación de la planta fueron fraudulentos, resultó triturado cuando la Comisión concluye que “el proceso de licitación de la planta se realizó de acuerdo a lo estipulado en la ley de compras y contrataciones”, y siguiendo todos los pasos establecidos en los pliegos técnicos.
Dice el PRM que la obra fue sobrevaluada en 500 millones de dólares; pero la Comisión comprobó, junto a la empresa FTI, que Punta Catalina cuesta un 6 por ciento debajo del precio promedio internacional para este tipo de plantas, citando a Norteamérica y América Latina. Todo no fue falaz con Odebrecht; Danilo Medina acertó al apostar por la pronta apertura de Punta Catalina.