Julián Álvarez (izquierda) celebra tras anotar el segundo gol de Argentina en la victoria 2-0 ante Polonia en el Grupo C del Mundial, el miércoles 30 de noviembre de 2022, en Doha, Qatar. (AP Foto/Natacha Pisarenko)
Doha. Porque se repuso de un golpe impensado. Porque tiene recambio. Porque cuenta con uno de los mejores futbolistas de la historia, pero no depende de él. Y porque la suerte le jugó a favor.
Argentina volvió al punto de partida justo en la antesala de los octavos de final del Mundial de Qatar. Había llegado como uno de los máximos favoritos, pero el traspié en el debut ante Arabia Saudí que puso fin a un invicto de 36 partidos minimizó sus antecedentes.
Si hay una jugada que describe la consistencia colectiva que recuperó el conjunto sudamericano fueron los 27 toques de balón que antecedieron al segundo gol de la victoria ante Polonia: ocho jugadores participaron de la maniobra, en la que Argentina movió el balón de una banda a otra hasta que Enzo Fernández vio el hueco en la defensa rival y tiró el pase para Julián Álvarez, que definió al ángulo.
En un momento límite, el técnico Lionel Scaloni hizo cirugía mayor con algunos titulares que habían ganado la Copa América en 2021 y el equipo reaccionó con sendas victorias 2-0 sobre México y Polonia para quedar primero de su zona.
Evitó así al vigente campeón Francia y chocará con Australia, en un cuadro que en teoría se le presenta bastante favorable para llegar a la final del 18 de diciembre.
“Volvimos a ser lo que fuimos durante mucho tiempo”, dijo al capitán Lionel Messi, con una sonrisa en el rostro pese a que por segunda vez en mundiales le atajaron un penal ante Polonia. “Era lo que estábamos buscando en el inicio del mundial, que por diferentes situaciones no lo podíamos concretar. Da confianza para lo que viene”.
Lee más: Qatar 2022: Cristiano Ronaldo dice se retirará si gana el Mundial
Lo que funcionó
La mano del entrenador para acertar en el cambio de piezas fue vital. Scaloni descree de un viejo dogma del fútbol: equipo que gana no se toca. Si un futbolista no cumplió con las expectativas o el próximo rival exige otros intérpretes, el técnico cambiará el once, con una sola excepción: Messi.
Scaloni cambió cinco jugadores ante México respecto al equipo que había perdido en el debut. Y a pesar del triunfo, modificó a cuatro para enfrentar a los polacos.
Los mediocampistas Alexis Mac Allister y Fernández y el delantero Álvarez ninguno supera los 23 años , quienes antes del Mundial eran suplentes, emergieron triunfantes de esa mutación.
Con los dos primeros, Argentina parece haber gestado un nuevo mediocampo, en el cual sólo sobrevive Rodrigo De Paul respecto al que ganó la Copa América.
Mac Allister y Fernández agilizaron el juego, llegan al gol, pero también son importantes en el retroceso y la recuperación.
Scaloni le dio la titularidad a Álvarez, de 22 años, en lugar del más curtido Lautaro Martínez, el segundo goleador de su ciclo después de Messi. Y el atacante del Manchester City tiene una admirable virtud pese a su juventud: mientras más pesada es la responsabilidad, mejor responde.
Le pasó como jugador de River Plate cuando disputó a sus 18 años el choque de vuelta de la histórica final de la Copa Libertadores ante el clásico rival Boca Juniors, y anotó goles en sus primeros partidos como titular en el City y ahora en un Mundial.
Argentina también mostró carácter para reponerse del penal que le atajó el arquero polaco Wojciech Szczesny a Messi en el primer tiempo. Fue el segundo que le frustraron al capitán argentino, de 35 años, en una Copa del Mundo. El primero había sido hace cuatro años ante Islandia.
En otro momento, ese golpe hubiera desmoralizado al astro y a sus compañeros. Pero fue todo lo contrario.
“Sentí mucha bronca por errar el penal porque sé que un gol te cambia un partido y te hace jugar de otra manera, pero a raíz del penal que erré, el equipo salió fortalecido”, valoró Messi.