Mientras almorzaba en Cartagena, Colombia, con el entonces presidente de la Comisión Nacional de Drogas, creo que el 15 de abril del 2012, me comentaba cómo el gobierno dominicano se opone a la legalización de las drogas. –Si se legaliza, en el futuro nuestros hijos serían anormales, me dijo.
En esos momentos, el presidente dominicano almorzaba con los 34 jefes de Estado y de Gobierno asistentes a la VI Cumbre de las Américas, incluyendo al presidente de los Estados Unidos.
El presidente de Colombia había enfatizado el tema de la legalización de las drogas, al igual que el presidente de Bolivia, en pro de la hoja de coca.
Me tocó asistir a esa cumbre de las Américas, como embajador en Colombia, y ciertamente, se enfatizó la importancia de reforzar la seguridad de la región centroamericana, como parte del Sistema de Integración Centroamericana (SICA).
Recuerdo que una vez me entrevisté con el Ministro de Defensa de Colombia, y me expuso claramente cómo la República Dominicana ha sido utilizado como un canal por el narcotráfico, para llevar las drogas a los Estados Unidos, Puerto Rico y otras zonas del Caribe. Y hasta me habló cómo utilizaban sofisticados mecanismos de submarinos que se sumergían y escapaban a las avanzadas tecnologías.
Recientemente se divulgaron dos noticias que alientan el tema del narcotráfico. Una es del Caricom, que manifiestó la creación de una comisión para analizar la legalización de la marihuana. Y la otra es la de un comandante militar norteamericano cuando hablando ante la Comisión de Servicios Armados del Senado norteamericano dijo que los Estados Unidos apenas puede interceptar hasta un 20 por ciento de las drogas que parten de Colombia rumbo a Estados Unidos. Y admitió que el resto pasa. Siendo Estados Unidos la nación más poderosa del mundo, y la de mayor consumo de drogas, la más llamada a contribuir con la seguridad y la lucha contra el narcotráfico, y allí se hace un anuncio como si se estuviera tirando la toalla, alegando que no puede hacer más de lo que está haciendo por la falta de recursos. Que si tuviera 16 barcos con helicópteros para perseguir con premura a los traficantes en el mar, sí podría hacerlo. Entonces, ¿qué le deja a nuestros países?
Mientras los estados caribeños se preocupan, pues, por estudiar la legalización de las drogas y el comandante norteamericano reconoció que existe un “reducido compromiso” de Estados Unidos con sus vecinos latinoamericanos, al tiempo que despliega enormes y cuantiosos recursos en el Medio Oriente y en otras regiones del mundo. En esas circunstancias, en donde en las naciones más desarrolladas predomina la ley del menor esfuerzo, parece que debemos apegarnos más del Señor Jesucristo. Que Dios nos ampare.