El denominado “doomscrolling” es pasar demasiado tiempo revisando noticias que solo hablan de lo mal (o pésimo) que van las cosas.
Se cree que el término se originó en 2018 en Twitter y ganó popularidad en 2020 durante el apogeo de la pandemia de la covid-19.
Cuando los usuarios de las redes sociales que quieren estar al día con las últimas noticias empiezan a realizar una búsqueda compulsiva de información negativa en internet se produce el «doomscrolling», según los investigadores de UF.
El estudio encontró que el «doomscrolling» puede asociarse con el miedo a perderse algo y estar constantemente conectado en línea a través de teléfonos inteligentes.
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Ser un «doomscroller» es algo más que estar interesado en mantenerse informado, dijeron los investigadores de UF, que, además, desarrollaron una técnica para medir el «doomscrolling».
Según un comunicado de UF, el objetivo de esa técnica de medición es allanar el camino para futuras investigaciones sobre el enfoque obsesivo en las noticias negativas de algunas personas.
La historia de nunca acabar
El «doomscrolling» es «la combinación de vivir una crisis y tener un teléfono inteligente con un suministro de noticias que nunca termina. Simplemente continúa. Entonces, seguimos desplazándonos (por internet)», explicó Johnson en el comunicado.
El estudio encontró que no hay diferencias ideológicas entre los «doomscrollers», los hay tanto en la izquierda como en la derecha, pero que los hombres y los jóvenes tienen más probabilidades de desarrollar este comportamiento que las mujeres y los adultos mayores.