Aunque coloquialmente se conoce como codo de tenista, la epicondilitis es una inflamación o dolor en el lado externo (lateral) de la parte superior del brazo cerca del codo, así la define el médico ortopeda Miguel Ernesto Marín.
El especialista asegura que esta afección es una inflamación de los tendones epicondíleos, los cuales unen la musculatura del antebrazo y de la mano con el epicóndilo (extremidad inferior del húmero) en la cara lateral externa del codo, siendo esta la encargada de controlar los principales movimientos de la mano.
“Esta patología es causada por la gran tensión a la que se ven sometidos los músculos extensores de la muñeca y de la mano (en algunos deportes y ocupaciones laborales)” asegura Marín.
El médico señala que “cuando se usan estos músculos una y otra vez, se producen pequeñas microlesiones en el tendón” , con el tiempo esto lleva a que se presente irritación y dolor en la zona.
Explica que el síntoma más frecuente es el dolor en la parte externa del codo y debajo en el antebrazo . “El dolor puede ser todo el tiempo o cuando la persona levanta objetos pesados”, dijo Marín, quien añadió que puede que el codo se hinche, se ponga rojo o se sienta caliente.
Además el paciente puede sentir dolor cuando gire la mano o balancee el miembro superior afectado, advierte el especialista en ortopedia.
Aunque su nombre hace pensar que esta afección sólo afecta a los deportistas que practican este deporte, la verdad es que cualquier persona puede sufrir esta dolencia.
Así lo asegura el especialista, quien alertó que tanto los tenistas como los peloteros, golfistas, personas que practican esgrima pueden presentar esta dolencia.
En la parte laboral los conductores, blanqueadores, obreros que utilizan martillos neumáticos, las modistas y hasta las amas de casa pueden sufrir de epicondilitis o codo de tenista, asegura.
“Cualquier actividad que involucre la torsión repetitiva de la muñeca puede llevar a esta lesión”.
Tratamiento. Marín aclaró que cada caso es particular y diferente. Por lo que “previo al tratamiento hay que confirmar el diagnóstico que hicimos en el examen físico con sonografía y de haber un hallazgo que sugiera un desgarro, una resonancia magnética”, para a partir de ahí ver cuál será el tratamiento a seguir, sostiene.
Aunque es un tratamiento multifactorial y depende de si es un proceso agudo o crónico, por lo general se le suele indicar al paciente antiflamatorios, medios físicos, terapia física, dispositivos ortésicos, infiltración o cirugía (casos donde la lesión no se recuperará por tratamiento convencional), dijo el doctor.
¿Cómo prevenir esta afección? Debido a que muchas condiciones de los tejidos blandos se deben a uso excesivo de los mismos, el mejor tratamiento será la prevención.
Es importante evitar o modificar las actividades que causan el problema. Se deben corregir condiciones desencadenantes como diferencias en la longitud de las piernas, posición o técnica incorrecta en la ejecución de deportes o trabajo, concluye el ortopeda Marín.