El pasado domingo fue el cierre de Edanco, Festival Internacional de Danza Contemporánea, donde compañías de danza locales e internacionales se dieron cita una vez más para compartir con el público piezas de danza moderna y contemporánea y celebrar juntos la belleza de este arte.
En los días que estuve presente mi regocijo radicó no sólo en la calidad de las presentaciones de las compañías dominicanas, que demostraron tener un gran nivel no sólo técnico y expresivo, sino también que la mayoría de los integrantes de estas compañías (mujeres y hombres) llevaban libremente una melena de cabello natural, o un afro, o simplemente un “pajón”.
Cómo vestuarista y peluquera sé que para un bailarín o actor, encontrar el balance entre el look total (vestuario y cabello) es muy importante para complementar una coreografía y poder contar una historia, estos dos aspectos en la gran mayoría de la piezas pude presenciar, estaban muy bien logrados y apoyaban de manera coherente el trabajo de los creadores.
Pero claro no puedo negar que mi gran fascinación fue ver cómo cada intérprete pudo expresar su creatividad no sólo en la danza per sé, pero en el hecho de permitir que su cabello suelto y libre fuera parte de la historia que contaban.
Tal es el caso de Royalty (compañía independiente) con su pieza “Monarquía”, quienes exhibieron el uso del color en el cabello, las trenzas y cortes de cabello que iban de la mano con su pieza “Monarquía”, el 3D Crew interpretando “Batey” en el día de Danza Joven, La Compañía de Danza Contemporánea (CNDC) con su pieza “Inhabitable” y “Exclamaciones” del Ballet Nacional Dominicano con coreografía de Awilda Polanco, sólo por mencionar algunos.
La danza como una disciplina artística permite una mayor flexibilidad al creador de mantener una imagen más experimental que cualquier otro individuo que se desarrolla en medios más rígidos como el derecho o la economía .