+ que estilo. Mi cabello, experiencia post parto

+ que estilo. Mi cabello, experiencia post parto

Después de un embarazo maravilloso, lleno de hormonas que me hicieron la piel suave, las uñas fuertes y el cabello sedoso, a la hora del parto junto con mi hermosa criatura también salieron de mi cuerpo las hormonas responsables de ese tan apreciado “combo de belleza”.

Y luego me encontré con una bebé en brazos, piel áspera, el cuerpo que aún no recupera su peso pre-embarazo y con cambios emocionales constantes.

A casi dos meses de dar a luz, mi cabello aún no se ha caído, pero ya siento todos los efectos de la baja de estrógeno, la piel ya no es la misma, no hay crema, aceite o ungüento que la haga volver a su suavidad de ensueño, y sin mencionar que las mujeres que damos solo seno también debemos de estar muy pendientes de nuestra alimentación, para no tener bajones de energía durante el día, lo cual me da la sensación de que cuando no estoy dando el pecho, estoy comiendo o viceversa. Pero la parte que aún no ha llegado, y es a la que más le temo, es la de la caída del cabello, que puede ocurrir en cualquier momento y durar de 6 a 12 meses.

La primera medida que tomé para prepararme a la caída de cabello la hice el día que descubrí que estaba embarazada: hice un corte de cabello, nada radical pero eliminé una buena cantidad del mismo.

A unas semanas del parto volví a cortar, pero esa vez dejé el cabello realmente corto, casi medio centímetro de largo, la razón de este corte es precisamente pensando que a la hora de que el cabello se caiga se notará mucho menos si está corto y sobre todo también contando con que el cuidado de un bebé demanda tanto tiempo que realmente no tendría mucho para dedicarle a mi cabello.

Por el momento sigo esperando su caída como algo inevitable y mientras cuido de mi cuero cabelludo colocando mezclas de aceites que lo nutren y evitan la resequedad, haciendo lavados suaves con acondicionador y dando masajes cada noche antes de dormir para incentivar el crecimiento y evitar la caspa.

Cuando llegue la hora temida les contaré qué tal me ha ido y qué medidas voy tomando al respecto.

¡Feliz martes!

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