Un emoliente es una sustancia que ayuda a calmar, hidratar y suavizar la piel.
Para obtener los mejores resultados de ellos, deben ser aplicados de forma regular en áreas con problemas como resequedad o psoriasis.
Los emolientes se pueden encontrar en productos como cremas, jabones o champú que utilizan aceites tales como: de castor, jojoba, en mantequillas como shea, cacao, semilla de mango o en la glicerina vegetal.
Los emolientes trabajan al suavizar los parches secos y aliviar la irritación al tiempo que los parches sean menos notables. Ellos crean una barrera protectora mediante la prevención de resequedad e infecciones.
Podemos utilizar emolientes para hidratar un cuero cabelludo muy seco y aliviar la picazón. Elige el emoliente de tu preferencia y sigue estos pasos:
Separa el cabello con un peine de palito. Si tiene el cabello largo recógelo por secciones para más comodidad.
Verifica que tu cuero cabelludo no presenta irritaciones, en caso de que sí, procede a hacer el tratamiento en otro momento cuando no esté tan irritado para evitar lesiones en el mismo. Toma el emoliente de tu preferencia con la punta de los dedos y aplícalo en forma circular en cada sección del cuero cabelludo, separa el cabello y repite el proceso en una sección nueva, prestando especial atención en las partes más secas o con caspa.
Si es posible deja esta aplicación actuar toda la noche y retírala en la mañana con un champú suave aplicado con un masaje.
Repetir esta rutina de acuerdo a tus necesidades de una a tres veces a la semana.
Para una aplicación más efectiva puedes mezclar tus emolientes con aceites esenciales que ayuden a aliviar el cuero cabelludo como el tea tree oil o la lavanda.
Esta rutina también puede ser utilizada en manos, pies o codos secos. Para los pies y manos podrías utilizar unas medias o guantes a la hora de dormir para mantener la acción de los emolientes toda la noche.