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Escribo este Encuentro sumida en la tristeza y la preocupación por un hermoso proyecto que se ha detenido por las diferencias entre las fundaciones patrióticas. Me refiero al Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, Inc.
El proyecto constituyó el sueño de siempre de muchas agrupaciones que no querían que el olvido fuese el pago del sacrificio. Así, la Fundación Manolo Tavárez Justo, la Fundación Hermanas Mirabal, la Fundación Testimonio y la Fundación 30 de Mayo, entre otras, se unieron y lucharon para conseguir los fondos, un local, mobiliario y logística en general, para crear un museo testimonial.
Juntos se dirigieron al entonces presidente Leonel Fernández Reyna, quien, después de escucharlos, los apoyó. En el verano del año 2000 les otorgó un hermoso lugar situado en la Calle Isabel La Católica. Sería el hogar de las fundaciones y del museo. Cuando el PRD subió al poder en el año 2000, el entonces Secretario de Cultura, el poeta Tony Raful, no solo apoyó el proyecto, sino que puso todo su empeño para materializarlo.
En ese mismo año 2000 ocurrió un hecho trascendental. El Consejo Internacional de Museos para Víctimas de Crímenes Públicos y de Lesa Humanidad, reconoció a los museos memoriales como entidades culturales diferentes con sus misiones muy particulares.
En el año 2005 hubo problemas. Las agrupaciones se enfrentaron por opiniones distintas. La casa que había sido donada entró en litigio. Lamentablemente, se produjo una división. La Federación de Fundaciones Patrióticas perdieron a dos miembros y el local.
Gracias a las acciones de la Fundación 30 de Mayo, lograron conseguir una casa en la Calle Arzobispo Nouel, que fue donada por el grupo INICIA del Grupo Vicini.
El museo entonces podría convertirse en realidad. Pasaron casi dos décadas para materializar un sueño. El pueblo aplaudió la iniciativa. En sus salas se recrean los vejámenes que vivieron los opositores al régimen de Trujillo.
El museo abrió sus puertas en el año 2011. Muchos de los descendientes de los valientes hombres y mujeres que lucharon y entregaron su vida por la libertad y la democracia, se unieron durante varios años para hacerles un homenaje a esos seres que dieron todo de sí para luchar contra Trujillo. La colección era tan importante y única que antes de que el museo abriera sus puertas, la UNESCO la declaró Memoria del Mundo, con el propósito de protegerla y darla a conocer al mundo entero.
Miles de niños lo han visitado, y con esta visita, pueden constatar con desgarradoras imágenes que la libertad ha tenido un precio muy alto a muchas familias. Mi familia ha tenido el privilegio de ser distinguida por el museo.
En su hermoso patio español el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) y el Comité Revolucionario Camilo Torres (CORECATO), le organizaron un homenaje a Peng Sien mi hermano fallecido a destiempo, un revolucionario a carta cabal.
Poco tiempo después, en la sala de los hombres y mujeres que han dado su vida a la libertad, se colocó una placa con su nombre, para que nadie lo olvide. En el año 2019, en el segundo aniversario de su muerte, se le dedicó a su memoria la “pieza del mes”. Ahí colocamos su inseparable mochila que no abandonó nunca. Incluso en los constantes viajes a la clínica para internarlo, la llevaba consigo.
Ya lo saben, ya lo he dicho, soy maestra desde hace más de 40 años. Desde que se inauguró el museo, he ido en varias oportunidades con mis estudiantes. Al principio siempre encontraba resistencia. Me preguntaban ¿para qué? ¿por qué? Al finalizar el recorrido, la respuesta era siempre la misma: ¡gracias profe, aprendí mucho!
A mis estudiantes le pasó lo mismo que a mí cuando fui a visitar el Museo Memoria del Holocausto. Fui por insistencia de Rafael, mi esposo, pero con reticencia y aprehensión. Al salir, lloré desconsoladamente. Me preguntaba insistentemente, cómo era posible que mentes humanas hicieran pudieran pensar y ejecutar algo tan mezquino. Ese monumento al sufrimiento de los judíos es un canto a la libertad, y un recordatorio de que no debe repetirse. ¡Nunca más! ¡Nunca más! debe ser la consigna!
El Museo Memorial de la Resistencia, es también un canto a la libertad, pero, sobre todo, un homenaje a los hombres y mujeres que dieron sus vidas luchando para que nuestro país, nuestra patria, volviera a ser libres.
Sin importar las consecuencias, se entregaron a la lucha. Fueron objeto de vejaciones y resistieron y resistieron hasta triunfar. Dieron sus vidas, con sus compromisos por la patria, sufrieron sus familias; pero continuaron. En su memoria, para que ¡Nunca más! ¡Nunca más! ¡Nunca más! Si, sí, que nunca más vuelvan los dictadores asesinos, secuestradores de la libertad y la democracia.
El Museo Memorial de la Resistencia necesita ayuda. Necesita abrir sus puertas. Necesita el apoyo de aquellos que deseamos que los hombres y mujeres, como mi hermano Peng Sieng, que nunca pensó en otra cosa que ser fiel a sus creencias y principios, no sean olvidados.
Por la memoria histórica que buscan mantener viva en las generaciones de hoy y mañana, hay que salvar al Museo.
Por los sacrificios de sus padres, sus madres, sus familiares… salvemos al Museo.
Por el mañana, por el futuro, por sus propios hijos… salvemos al museo.
El Museo Memorial de la Resistencia no debe perecer. Las futuras generaciones lo reclaman.
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