WAshington. Los senadores estadounidenses se preguntaban este martes sobre los límites al poder del presidente de Estados Unidos para lanzar un ataque nuclear, un debate que cobra sentido ante la tensión creciente entre Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong-Un.
La discusión, durante una audiencia en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, se concentró en la hipotética decisión presidencial de atacar al enemigo con armas nucleares.
«Estamos preocupados de que el presidente de Estados Unidos sea tan inestable y tan volátil, que su proceso de toma de decisiones sea tan quijotesco, que él pudiera ordenar un ataque nuclear completamente en contradicción con los intereses de seguridad nacional estadounidense», dijo el demócrata Chris Murphy.
En caso de un ataque nuclear enemigo o la inminencia de uno, los senadores y expertos interrogados convinieron en que el presidente tiene plenos poderos para defender el país, conforme a la Constitución.
Solo el presidente pude dar la orden para desatar el fuego nuclear. «Una vez que la orden es dada y verificada, no existe ningún medio para revocarla», declaró el presidente de la Comisión, Bob Corker, que convocó la audiencia, la primera sobre este tema desde 1976, según él.
Pero, ¿si el presidente estima que un país representa una amenaza y ordena preventivamente un ataque nuclear? Los expertos reconocieron que no existe una definición de inminencia en este caso.
El general retirado Robert Kehler, exjefe del Comando estratégico estadounidense entre 2011 y 2013, recordó una regla militar básica: «El ejército está obligado a cumplir órdenes legales, pero no órdenes ilegales».
Una orden legal debe adecuarse a los fundamentos jurídicos, dijo Kehler, para quien la acción militar debe seguir los principios de «necesidad» y «proporcionalidad».
¿Pero qué pasaría si el jefe del comando estratégico considera que la orden del presidente es ilegal? «No lo sé», dijo, y señaló que, como en toda orden militar, «el factor humano entra en juego».
En realidad, el presidente podría reemplazar al titubeante comandante, dijo Brian McKeon, exsubsecretario de Defensa durante la presidencia de Barack Obama. «Pero nos encontraríamos en una verdadera crisis constitucional», añadió.