Juez y parte.- Una vez haya escuchado a las partes envueltas en el conflicto la Comisión de Etica del Senado de la República, tal y como explicó su presidente, el senador por Peravia Wilton Guerrero, decidirá si las imputaciones contra el senador por San Pedro de Macorís, Alejandro Williams, a quien tres periodistas acusan de intento de intimidación, amerita algún tipo de sanción, que dicho sea de paso no tiene que ser tan drástica como la que propone la Mesa de Transparencia del Foro Ciudadano, que acaba de solicitar al Senado su sometimiento a un juicio político.
¿Cuentan los integrantes de esa comisión, de cuya integridad no hay razones para dudar, con algún recurso o mecanismo, además de los testimonios de las partes, para determinar quién tiene la razón? ¿Consultarán a testigos de esos hechos, si es que los hay, para contrastar las versiones de unos y otros? ¿Se pondrán en contacto con la agencia de investigadores contratada en Nueva York, según confesó el propio Williams, para investigar a las periodistas que hoy le acusan? ¿O será simplemente la palabra de ellas versus la del legislador?
Esas y muchas otras preguntas andan rondando mi cabeza desde que caí en la cuenta de que finalmente será la susodicha comisión la responsable de decidir si, como alegan las denunciantes, el senador intentó intimidarlas a través de personeros que se hicieron pasar por agentes del FBI. ¿Se dará la razón, por encima de la politiquería y el partidarismo, a quien realmente la tenga, o se tratará de una especie de parodia en la que los senadores desempeñan el incómodo papel de jueces de la causa y también parte interesada? Ojalá que alguien pueda sacarme de la cabeza todas esas dudas.