Malas intenciones.- Dicen que quien hace la ley hace también la trampa, una conocida expresión que bien puede ajustarse a las supuestas pretensiones de los senadores de utilizar la Ley de Salarios del Sector Público para ajustar viejas cuentas con los diputados. No, no me malinterpreten, que no se trata de ese tipo de cuentas.
Los senadores simplemente quieren equiparar sus ingresos básicos, alrededor de RD$265 mil al mes, con los de los diputados, que devengan una diferencia positiva a su favor de RD$50 mil, una espinita que tienen hace tiempo atravesada. Desde luego, ahí no está incluido el famoso y criticado barrilito, el llamado fondo social que administran los senadores dizque para resolver problemas en sus comunidades y ayudar a gente necesitada, que va desde un mínimo de RD$400 mil hasta un millón de pesos.
Mal empezaría en el Congreso Nacional el conocimiento y discusión de la ley que procura transparencia y equidad en los salarios del sector público si los legisladores, llámense senadores o diputados, se aprovechan de las circunstancias y legislan en su propio beneficio, distorsionando el propósito de una legislación tan importante y necesaria. Ojalá que el palo acechao que se dice traman los senadores no pase de las malas intenciones.
Amet enrachado.- ¿Cuánto durará la zafra de Amet contra los violadores de la ley de tránsito? Muchos son los que hoy, al ver la intensidad de la ofensiva desplegada en los últimos días por sus agentes contra los conductores infractores, sobre todo los que no respetan los semáforos, se hacen la misma pregunta. Y es que la experiencia nos ha enseñado que Amet actúa por rachas intermitentes como los peloteros, rachas mayormente motivadas por alguna que otra crítica de la prensa, que de cuando en cuando muestra su alarma por el caos que reina en nuestras calles ante la indiferencia cómplice de quienes deberían imponer la ley y el orden.