Los partidos de oposición representados en el Congreso Nacional se dieron banquete esta semana criticando la falta de coherencia del gobierno a la hora de hacer corresponder lo que dice que hará con lo que finalmente hace, lo que se está convirtiendo en un preocupante patrón que está minando poco a poco su credibilidad.

Los voceros de las bancadas de los partidos Fuerza del Pueblo, Reformista Social Cristiano y del Frente Amplio en la Cámara de Diputados dijeron no entender la decisión del gobierno de asignar cuatro mil millones de pesos en el Presupuesto Nacional al Fondo Patrimonial de las Empresas Reformadas (FOMPER), a pesar de que el presidente Luis Abinader anunció su disolución por haberse convertido en un “antro de corrupción”.

Los legisladores se declararon sorprendidos de que se le hayan asignado fondos que bien podrían destinarse a otras instituciones que le den un uso mas provechoso en medio de una pandemia que ha golpeado nuestra economía con dureza.

Y sorprendidos deberíamos estar también los ciudadanos, que todavía tenemos como tarea pendiente aprender a ser más críticos y vigilantes de los políticos que un día dicen una cosa, porque creen que en ese momento les conviene, y al siguiente otra muy distinta porque los intereses cambiaron y también la conveniencia.

Como por ejemplo el Ministro Administrativo de la Presidencia, José Ignacio Paliza, a quien los medios han puesto en serios aprietos con la publicación de los twits en los que, desde la oposición, rechazó la construcción de un muro en la frontera, lo que ahora defiende y justifica.

Decir que una cosa es con guitarra y otra con violín para describir esa forma de actuar es quedarse en la superficie, en lo anecdótico, y tal vez por eso, porque no parece importarnos ni molestarnos ese comportamiento, los perremeístas del cambio quieren seguir el mismo patrón.

Pero si al PLD, como dicen, lo mató el éxito, al PRM, si sigue como va, lo matará la incoherencia.