Tan entusiamado y optimista se muestra el expresidente Leonel Fernández con la mudanza de militantes, dirigentes medios y legisladores (nueve diputados, hasta ahora, han dado el salto) del PLD hacia la Fuerza del Pueblo, que anda prometiendo obras por aquí y por allá, como si estuviera en campaña electoral y su regreso a la Presidencia de la República solo lo impidiera el tiempo que falta para las elecciones del 2024.

Luego de juramentar, en la provincia María Trinidad Sánchez, a un nuevo grupo de dirigentes peledeístas el exmandatario prometió que en caso de regresar al poder conectará esa provincia con el resto de la costa Norte, para convertirlo en el centro mundial del turismo de la República Dominicana.

“Cuando uno hace el recorrido desde Nagua, pasa por Cabrera y Río San Juan, se da cuenta de la belleza que tiene esa zona y estoy seguro de que se va a convertir, en un próximo gobierno nuestro, en un gran polo turístico…”.

Pero no solo anunció y prometió, como político experto en el arte ilusorio de encandilar a las masas, las villas y castillas que construirá; también resaltó la importancia y trascendencia de las que construyó durante sus administraciones, como es el caso de la autopista de Samaná, sin mencionar el peaje sombra que la ensombrece, claro está, y la extensión de la UASD de la que dijo sentirse muy orgulloso.

La estrategia del expresidente Fernández y su Fuerza del Pueblo, faltando todavía por recorrer un tramo tan largo hacia el 2024, parece sencilla, pero igualmente eficaz: continuar creciendo y consolidándose orgánicamente a expensas del PLD y los peledeístas, que al ritmo que van terminarán dejándole el cascarón vacío al expresidente Danilo Medina y su comparsa del Comité Político, y sentarse a esperar que los errores, desaciertos y meteduras de pata del gobierno debiliten su base de apoyo político y popular y le alfombren el camino de regreso al Palacio Nacional. ¿Se habrán dado cuenta en el PRM?