Tarde se dio cuenta la Policía, no podemos dejar de decirlo, de que los retenes y chequeos medalaganarios a los que nos tiene acostumbrados nunca han funcionado para enfrentar con eficacia la delincuencia, como reconoce su actual director, el mayor general Eduardo Alberto Then, quien también admite que los ciudadanos honestos y trabajadores lo ven como una práctica odiosa.
Y aunque era demasiado esperar que también dijera que son utilizados por sus miembros para macutear y cobrar peaje hay que aplaudir la decisión y, sobre todo, el propósito que parece inspirarla: cambiar la imagen de la Policía, cambiando sus métodos y su forma de relacionarse con los ciudadanos a los que sirve y que con sus impuestos (siempre es oportuno recordarlo) paga los salarios de sus miembros.
Que la prohibición de esa odiosa práctica tan irritante como violadora de derechos provenga de un oficial con una bien ganada fama de tener la mano pesada con los delincuentes tiene necesariamente que llamar la atención, pues lo primero que nos está diciendo esa decisión es que la voluntad de cambiar, o mejor dicho de transformar a la Policía viene desde arriba, y no precisamente desde el cielo.
Desde luego, aquí todos sabemos que para que esa transformación sea profunda y verdadera hará falta mucho mas que prohibir retenes y chequeos, pues se trata de una tarea ardua y de largo aliento que se llevará tiempo y muchos recursos; pero había que empezar a hacerlo y que además se vayan notando de inmediato sus beneficios, ya que será la mejor manera de involucrar al resto de la sociedad en ese proceso de transformación y cambio.
Mientras tanto anote por ahí, para que así quede registrado, que los cambios en la Policía están obligando al mayor general Eduardo Alberto Then a comportarse como un Director civilista y guardián celoso de los derechos de los ciudadanos, incluidos los delincuentes a los que les declaró la guerra a muerte.