Como un mal matrimonio que termina en pésimo divorcio, en el que los cónyuges que en otro tiempo “se adoraban” ahora no pueden verse ni en pintura, así están el PLD, o lo que queda de sus menguadas tropas que ahora batutea el expresidente Danilo Medina, y la Fuerza del Pueblo del expresidente Leonel Fernández, quien decidió recoger sus motetes y montar tienda aparte junto a sus seguidores cuando se dio cuenta de que ya no cabía en el partido del que fue presidente durante casi veinte años y que lo llevó tres veces a la Presidencia de la República.
Ese mutuo encono, que parece crecer con el tiempo, volvió a ponerse de manifiesto con el anuncio de la Comisión Organizadora del Primer Congreso de la Fuerza del Pueblo de que decidió aplazar la celebración de la plenaria de cierre, prevista para celebrarse este domingo, para “dejarle espacio” al PLD, que ese mismo día escogerá a su presidente y secretario general y ratificará a los miembros de su Comité Político.
Pero dejemos que sea el fiel escudero del expresidente Fernández, el doctor Franklyn Almeyda, quien lo explique en su particular estilo. ”Hemos suspendido para que los resultados, habitualmente perturbadores en lo que hace esa organización en los últimos tiempos, no se mezclen en el imaginario popular con nuestra actividad”.
Que la gente de Leonel y la gente de Danilo no quiera mezclarse ni “en el imaginario popular” se entiende, como señalé más arriba, después de todo lo que ha pasado, empezando por la derrota electoral y la salida del poder, una catástrofe de la que se culpan unos a otros.
Y el hecho de que ambos partidos estén condenados a canibalizarse mutuamente para poder convertirse, uno de los dos, en el líder de la oposición, acrecentará aun mas las distancias que hoy separan a dos líderes políticos que, al decir de la exvicepresidenta Margarita Cedeño, se trataban como hermanos. ¡Cuánto divide y separa la política!