Con la sorpresiva ocupación, por parte de Waldo Ariel Suero y sus colegas, de un área del ministerio de Salud Pública, donde se declararon en huelga de hambre que solo levantarán con la reposición de 50 médicos cancelados, queda rota la corta luna de miel entre el combativo gremio profesional y el Gobierno.

Según las explicaciones ofrecidas a los periodistas por el presidente del CMD, sus directivos llevan seis meses tratando de conseguir que se reponga a los médicos cancelados por la única razón de no pertenecer al oficialista PRM, pero la falta de respuestas concretas de sus funcionarios, que se pasan la pelota unos a otros de manera irresponsable, mas el hecho de que las desvinculaciones continúan imparables mes tras mes, los obligaron a tomar una decisión tan radical.

La aplanadora del Gobierno del cambio, que ha demostrado que no tiene frenos ni tampoco miramientos, sigue creándole problemas y ruidos innecesarios, pero sobre todo atropellando derechos, tirando a la basura el discurso del presidente Luis Abinader de que el Estado dominicano no es un botín que deban repartirse los políticos que ganan las elecciones cada cuatro años.

Es evidente que los hechos han demostrado lo contrario, como también lo es que quienes enarbolaron ese discurso sabían de antemano que, al mudarse al Palacio Nacional, sería imposible de sustentar ante una militancia a la que de manera demagógica y clientelista se le prometió empleos si llegaban al poder.

Es por eso que a pesar de estar en medio de una pandemia la aplanadora no respetó ni a los médicos, que contrario a los miles de ciudadanos desvinculados que andan por ahí rogando por sus prestaciones laborales, sí tienen quien defienda sus derechos y saque la cara por ellos. Alguien debió recordárselo al Gobierno y sus funcionarios, que por torpeza, ignorancia, o ambas penas a la vez, escogieron el peor momento para provocar un pleito con el principal gremio del sector salud del país.