Empleados para tratar al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, los anticuerpos monoclonales son ya uno de los tratamientos más prometedores para enfrentarse a la Covid-19, pero ¿qué son y para qué sirven?.
El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Luis Enjuanes, que dirige al grupo español que participa en un proyecto europeo para desarrollar anticuerpos monoclonales protectores frente al Covid-19, es contundente al respecto- “son una de las tres aproximaciones principales para proteger frente al SARS-CoV-2” (junto a las vacunas y los antivirales).
Los que ha recibido el presidente estadounidense han sido desarrollados por la empresa Regeneron, ha recordado hoy el CSIC, que ha explicado que la técnica consiste en clonar los anticuerpos procedentes de pacientes que han superado la enfermedad y que les han ayudado a neutralizar el coronavirus.
Los anticuerpos sintéticos se pueden producir en laboratorio de forma ilimitada y podrían servir para proteger a la población frente al coronavirus; serían, ha recordado el CSIC, una especie de versiones sintéticas de las defensas producidas por el sistema inmunitario.
Se trata de momento de una estrategia “muy incipiente” que podría aplicarse de forma combinada con los antivirales y las vacunas, y según los primeros resultados obtenidos estos fármacos experimentales serán capaces de ayudar tanto al principio como al final de la infección.
Luis Enjuanes dirige al grupo español que participa en el proyecto europeo MANCO (Monoclonal Antibodies for Novel Coronavirus), que busca el desarrollo de anticuerpos monoclonales protectores frente al coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19. Estos anticuerpos son una alternativa “viable, económica y de larga duración” hasta conseguir una vacuna eficaz, recordó el CSIC en una nota difundida hoy.
El grupo en el que participa Enjuanes está involucrado además en unos de los proyectos de vacuna para el SARS-CoV-2 más ambiciosos- lograr una réplica completa del virus pero con los genes de virulencia atenuados, que pueda servir como candidato a vacuna para estimular una inmunidad “segura y completa».
Los anticuerpos (un tipo de proteínas) son parte de las defensas naturales del cuerpo humano contra patógenos infecciosos, y normalmente esas proteínas se acoplan a partes de las bacterias o de los virus para neutralizar la infección.
La estrategia de los anticuerpos monoclonales se basa en diseñar en el laboratorio versiones de estas moléculas para reconocer objetivos específicos que impidan la replicación del virus o que eviten que el sistema inmunitario reaccione al virus de forma descontrolada.
El proyecto europeo MANCO, que comenzó en marzo de 2020 y tiene una duración de dos años, tiene como objetivo desarrollar anticuerpos monoclonales protectores frente al coronavirus actual, aprovechando la experiencia de una investigación anterior para desarrollar anticuerpos protectores frente a otro coronavirus (el MERS-CoV) “y que fue todo un éxito”, ha precisado Enjuanes.
“La técnica para lograrlos consiste en inmunizar ratones humanizados o células humanas y estimularlos fuertemente, con lo que se inmunizan, para seleccionar los clones que producen anticuerpos que se unen al virus”, ha detallado el investigador.
Después se seleccionan aquellos que neutralizan el virus de forma más eficaz en cultivos celulares y se evalúa la protección por estos monoclonales en modelos animales experimentales como el ratón, el hurón, los macacos y, por último, mediante ensayos clínicos en humanos.
El investigador del CSIC ha subrayado además que tienen la ventaja de que, a diferencia del plasma extraído de pacientes que han superado la enfermedad, los anticuerpos se pueden obtener a gran escala a partir de células de mamíferos multiplicadas en “fermentadores” de 8.000 litros, con lo que se pueden producir cantidades ilimitadas.
Se trata de una técnica que no tiene un coste elevado, ha precisado Enjuanes, quien ha recordado que su laboratorio en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) fue el primero que obtuvo anticuerpos monoclonales en España a partir de una técnica desarrollada en los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos en la década de 1980.
En la actualidad, la tecnología está “perfectamente establecida y hay muchas variantes de la misma”, pero se considera una tecnología convencional que se puede desarrollar en muchos laboratorios y producir a gran escala, ha precisado.
Los anticuerpos monoclonales son una de las tres aproximaciones principales para proteger a la población frente al virus, junto al desarrollo de una vacuna efectiva y los fármacos antivirales, ha señalado el investigador, y ha apuntado que las tres son complementarias y se podrían administrar simultáneamente para conseguir una protección eficaz.